No olvidemos nuestra historia

Seguramente para algunas personas de la región el nombre de Rosendo Santander nos trae a colación una hermosa canción de la Ronda Lírica.
Iván Felipe Sotelo.

Por: Iván Felipe Sotelo.

Seguramente para algunas personas de la región el nombre de Rosendo Santander nos trae a colación una hermosa canción de la Ronda Lírica, si esa música de abuelitos pero con gran sentimiento y que sin duda que cuando salimos de nuestra ciudad nos recuerda sus calles y aquellas personas que queremos de la ciudad, son estos símbolos los que hacen parte de nuestra cultura.

Es importante tener en cuenta que Pasto no solo es el carnaval de blancos y negros si no que va más allá, que se conforma de un gran sin número de símbolos de historias que se cuentan de nuestra ciudad son esos detalles los que forman nuestra cultura.

Cada rincón de esta “pequeña ciudad” guarda historias y personajes que toman fuerza con el pasar de los años a pesar que algunas generaciones lo ignoren o simplemente no nos hemos puesto en la tarea real de sacar a relucir cada uno de estos personajes de la región.

 Es que sin duda alguna el pasar del tiempo fragmenta nuestras raíces y cada vez se ven más difusos aquellos relatos de los abuelos. Es importante hacer ese rescate de nuestra identidad, de nuestra cultura que la modernización no nos deje olvidar nuestras raíces si no que aprendamos a llevar de la mano nuestra historia.

En estos días se ha demolido el antiguo permanente y sin duda me trae un tanto de nostalgia el pensar que la modernización o el progreso nos hace olvidar nuestro pasado y muchos dirán era un edificio viejo dañado y también un tanto abandonado.

 Pensemos un poco más a futuro que tal si hubieran decidido mejorarlo adecuarlo e incluso funcionar un museo dentro de él no sería un rescate adecuado para esas casonas viejas que sin duda logran tener no solo una estética agradable sino también la cantidad de historias que sucedieron ahí.

 Ojalá en lugar de pensar en modernizarnos como ciudad y ejecutar ciertos planes a corto plazo visualicemos también un rescate de nuestras raíces. No miremos a Pasto como la ciudad de un carnaval y ya, sin duda hay muchos aspectos más importantes que debemos tener en cuenta, personajes representativos que se han visto relegados por la poca trascendencia que se les da en ciertos espacios.

Sin duda la demolición de un edificio marca también una parte para el olvido. Que ojalá el progreso no nos cueste el olvidar nuestra historia y que ese avance por querer parecer una gran capital nos convierta en una ciudad más sin identidad. Ojalá se rescataran los relatos de los abuelos, se recuerde que venimos de un pueblo campesino y que tenemos muchos aspectos que nos hacen únicos en Colombia.

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