Este 8 de mayo se ha consagrado en el calendario comercial de nuestro país la celebración del día de las madres, a nivel latinoamericano la mayor parte de países celebran en el mes de mayo esta fecha, ligado a nuestro arraigo religioso que define el mes de mayo como el mes de la Virgen Santísima, pues se aglutinan varias celebraciones marianas importantes como es Fátima, Loreto, María Auxiliadora, Visitación de María entre otras advocaciones.
Con la cercanía de estos días comienzan también las ideas de “yo no celebro este día porque es una fecha comercial”, “solo buscan vender y nada más”, “nadie piensa realmente en el significado del día” y demás, pero la pregunta es ¿Por qué no festejar esta celebración?, ¿Cuál sería la justificación para pasar de largo esta efemérides?
He tenido la fortuna de tener a mi madre junto a mí los 35 años de mi existencia, su voz es la primera que escucho al día y la última cuando la noche cubre con su manto la tierra. Ella ha estado allí conmigo desde mis primeros pasos, mis primeros triunfos, mis primeras derrotas. Ella, en silencio ha compartido mis alegrías y tristezas, cuando ha tenido que levantar su voz y reconvenir lo ha hecho, y cuando, con candor ha tenido a bien darme un abrazo, lo ha hecho con el mayor cariño que ella puede contener en su corazón.
Ella es una luchadora incansable, desde su juventud, con dos hijos muy pequeños, tomo la cruz que el Señor le dio, y no la ha dejado, y a pesar de todos los malos presagios, mi madre sigue cada día cumpliendo su rutina, asumiendo las cosas con la mejor cara posible.
Los calendarios pasan y sigue siendo una mujer lucida, con las ideas claras de lo que quiere y necesita, su voz sigue irrumpiendo el hogar cuando, como el jilguero, comienza a musitar las melodías que le recuerdan su juventud, sus manos siguen preparando todos los días los alimentos con el mismo cariño que lo hizo desde la primera vez que aceptó su rol de madre, es la primera es despertar y la última en descasar, y es que, muchos de nuestros hogares son eso, hogares gracias a mujeres como mi madre, que dejaron a un lado todo por su familia, que alejadas de los excesos y de una vida más “liberal”, se consagraron con amor a su esposo e hijos, encaminándonos así a ser quienes somos hoy.
Señores lectores, con algunas de mis líneas seguramente ustedes se identificaron, sintieron cercana a su madre, así ya hubiese partido a la eternidad, por esa razón pregunto ¿Por qué no celebrar este día? ¿Cómo no tener una mayor atención el próximo domingo con quien tanto me ha dado?, ¿Cuál sería el motivo para pasar de largo este día y no brindar un detalle a quien estuvo dispuesta a dar su vida por quien llevaba en su vientre?
Todo se debe hacer en vida, así sea un pequeño chocolate debe ser regalado en vida, la fría tumba no siente nada.
El paso a seguir es que todos los días tengamos detalles con nuestras mamás, esto mejoraría mucho su existencia, no se trata de lujos o joyas, se trata de agradecer su cercanía, de escuchar sus palabras y de devolver con cariño cada día, ese beso que ella nos dio cuando nos miró por primera vez.
Feliz día mamá.
Por: Mauricio Fernando Muñoz Mazuera

