Salomón Kalmanovitz, economista, ex codirector del Banco de la República dijo: «A Federico Gutiérrez no le veo el intelecto suficiente para dirigir un país». Claro, porque no tiene pinta de estadista y sus compromisos no son de ruptura con el continuismo de la desigualdad consecuencia y causa de un modelo de país injusto.
¿Será que Fico puede cambiar la situación social descrita por el periódico El Tiempo, de línea institucionalista, del domingo primero de mayo del 2022 (página 1.17)?
«¿Fico podrá sacar a Colombia del deshonroso segundo lugar que ocupa en América Latina en desigualdad y el séptimo a nivel mundial?».
Tomando datos del Dane, registra que en 2014 la Pobreza Monetaria (vive con menos de $11.801 /día) en Colombia fue del 36.3%, que para el 2021 subió al 39.3%, en ese mismo periodo respectivamente, la Pobreza Extrema (vive con menos $5.370/día) pasó de 9.4% al 12. 2%. La Pobreza Monetaria de 24 departamentos analizados, Nariño ocupa el décimo lugar con el 47,6%, siendo la más alta en Guajira 67,4% y Chocó 63,4%. Las más bajas en Cundinamarca con el 22.8% y Caldas con el 28.4%. A nivel de ciudades Pasto ocupa el puesto 11 con el 40.1% de Pobreza Monetaria, siendo la más alta la de Quibdó con el 64.8% y la más baja de Medellín con el 27.6%. Sorprende que esos indicadores bajan en las zonas rurales. Estas desigualdades regionales se explican en la Ley General de la Acumulación Capitalista según la cual esta sociedad concentra y centraliza la riqueza en pocas manos, (4 grupos económicos son dueños del 80% de la economía) por un lado, y como consecuencia, se presenta un empobrecimiento relativo y absoluto de la población cuya expresión numérica es el Coeficiente de Gini que mide el grado de concentración de la riqueza, (cerca de 1 hay más concentración).
Al 2021 Colombia registra un índice de Gini del 0,523 igual al del 2015, el de Islandia es del 0,246 y de Países Bajos de 0,269.
¿Fico podrá sacar a Colombia del deshonroso segundo lugar que ocupa en América Latina en desigualdad y el séptimo a nivel mundial sin afectar los intereses de los latifundios improductivos y grupos financieros que cada año se ganan $12 billones?
Rayón: Matar a Petro sería un acto de debilidad y torpeza electoral, política e ideológica; pero, sobre todo, un temor a que la justicia suelte amarras.
Por: Chucho Martínez