EDITORIAL

VERDADES QUE DUELEN, PERO ALIVIAN

Muchas veces las verdades duelen demasiado, pero también conocerlas después de mucho tiempo de incertidumbre, ayuda a aliviar el espíritu de tantas angustias y sufrimientos.

La entrega en las últimas horas del Informe Final de la Comisión de la Verdad, organismo que fue creado hace 6 años luego de la firma del Acuerdo de Paz, firmado entre el Gobierno Nacional y la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc, nos lleva a esas verdades, que conmocionan, que nos entristecen, nos sacuden y nos estremecen el alma, puesto que no se puede negar que en gran parte de ese documento se compendian toda clase de situaciones horrorosas, algunas de ellas, demenciales.

Estas nos muestran con diáfana claridad que durante más de 60 años los colombianos vivimos en medio de un horror espantoso e inimaginable para muchos, hasta ahora que la Comisión de la Verdad, ha destapado ese infierno que fue el conflicto armado en nuestro país.

Durante varios días fuimos testigos de esas aterradoras declaraciones de las víctimas, las cuales recocemos nos han impresionado de manera total, pues si bien, sabíamos de todas las cosas perversas que generaba el conflicto, no nos habíamos imaginado que estos hechos hubieran llegado a tales extremos de crueldad y maldad, sin límites.

 

«Muchas veces las verdades duelen demasiado, pero también conocerlas después de mucho tiempo de incertidumbre, ayuda a aliviar el espíritu de tantas angustias y sufrimientos».

 

Para todos los colombianos ha sido una prueba de fuego, el escuchar las declaraciones de esos hombres y mujeres, en torno a los terribles padecimientos que tuvieron que soportar y también oír el reconocimiento de los exjefes guerrilleros en torno a los brutales y salvajes hechos que se perpetraron en detrimento de la fuerza pública y la población civil.

Por ello, como lo manifestó ayer el papa Francisco, en un mensaje que fue leído durante la presentación del informe final de la Comisión de la Verdad, todos estos hechos que han salido a la luz pública deben servir para pavimentar el camino de la reconciliación, que evite la repetición de tantos hechos trágicos.

El papa Francisco en el marco de su mensaje instó a los integrantes de la comisión, así como a las autoridades nacionales e internacionales que conocieron el informe, “a seguir recorriendo caminos de reconciliación que ayuden a reforzar la fraternidad, a ser artesanos de la paz, que generen procesos de reencuentro y a trabajar juntos, con audacia, en la búsqueda del bien de todos. Que Jesús los bendiga y Nuestra Señora de Chiquinquirá los acompañe. Y por favor, les pido que recen por mí”, manifestó finalmente el Santo Pontífice.

Nos parece que la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición (CEV), ha cumplido con su difícil, dolorosa, pero a la vez necesaria misión de dar a conocer lo ocurrido durante estos 60 años de conflicto armado, sacando a la luz pública muchos ellos que eran desconocidos.

Por lo tanto, consideramos que la CEV, en cabeza del sacerdote jesuita Francisco de Roux, ha desarrollado un trabajo monumental, en el cual, durante casi 5 años, se incluyó las declaraciones de 27 mil personas, entre las víctimas, exintegrantes de la guerrilla de las Farc, militares e inclusive, expresidentes de la República, labor que se desarrolló en 29 centros distribuidos en diferentes regiones del país, en los que se recopiló y se guardó la información.

Esperamos que todo esto contribuya a conocer gran parte de la verdad de lo que sucedió en esos nefastos años, lo que sin duda alguna contribuirá a conocer la verdad de lo que pasó y entregarle al país, un informe real y completo de esos años de sangrienta guerra. Con esto, estamos seguros, además de que tengamos la oportunidad de conocer en detalle la complejidad del conflicto, este informe final permitirá el reconocimiento al que tienen derecho las víctimas y establecer las responsabilidades de quienes, de manera directa o indirecta, fueron protagonistas del conflicto armado.

Además, nuestro más grande deseo, es que esas más de 8 mil páginas recopiladas, se constituyan en un poderoso aliciente que impulse la convivencia en los territorios y garantice de una vez por todas la no repetición, como lo queremos miles de colombianos.