Editorial Diario del Sur

TUMACO, LA DESPENSA DE NARIÑO

Qué bonito suena el titular de nuestro Editorial de hoy: “Tumaco la despensa de Nariño” y es que siempre hemos querido ver a nuestro puerto, como gran protagonista de nuestra economía y desarrollo.

Sin embargo, como todos lo sabemos, Tumaco y en general, nuestra costa Pacífica son regiones tradicionalmente relegadas al olvido por los gobiernos nacionales y seccionales, por lo que son escenarios de grandes necesidades, las que, a su vez, se convierten en un campo abonado para la violencia, como ocurre desde hace muchos años.

Se trata de una situación que siempre nos ha dolido, puesto que sabemos muy bien del enorme potencial que tiene Tumaco y sus moradores, una zona bendecida por la naturaleza, pero que a consecuencia de diversos factores no se ha aprovechado como se debe.

Pensamos que perdimos la cuenta de cuantos presidentes de la República, han llegado hasta Tumaco para prometer de todo lo inimaginable, palabras que al final se las lleva el viento y se hunden en el mar Pacífico.

«Qué bonito suena el titular de nuestro Editorial de hoy: “Tumaco la despensa de Nariño” y es que siempre hemos querido ver a nuestro puerto, como gran protagonista de nuestra economía y desarrollo».

En efecto, los mandatarios nacionales van y vienen a través de los años, pero en Tumaco la problemática sigue idéntica: cultivos ilícitos que figuran entre los más  grandes del país y por consiguiente cantidades de organizaciones criminales, generadoras de toda clase de episodios de violencia, en sus permanentes enfrentamientos en disputa de territorio para expandir sus actividades relacionadas con el narcotráfico, las que sin ninguna duda han sido durante mucho tiempo la maldición que ha azotado sin piedad al puerto y al resto de municipios costeros.

Ante tantas adversidades ancestrales no podemos menos que sentir una gran alegría al ver que luego de la  grave emergencia que nos causa en el departamento de Nariño, el cierre de la vía Panamericana, nuestro puerto se erige como el  gran salvador, no solo para solventar el delicado desabastecimiento que se vivió en Pasto y en el Departamento, debido a la escasez de gasolina y gas, sino porque durante los días díficiles que empezamos a afrontar desde el pasado 9 de enero,  Tumaco también está haciendo el papel de la mayor despensa, no solo de Nariño, sino también de  algunos municipios del Cauca.

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No deja de ser paradójico que tuviera que presentarse un hecho inesperado como lo fue el deslizamiento de tierra en el municipio caucano de Rosas, hecho que nos dejó bloqueados de manera abrupta, para que como se dice de la mítica Ave Fénix, Tumaco renaciera de sus cenizas, como sucede en estos momentos.

En ese sentido, el reporte de la organización que maneja al Puerto en el municipio, la Sociedad Portuaria Tumaco Pacific Port, nos resulta ampliamente satisfactorio , puesto que esta organización da cuenta en torno al excelente funcionamiento que tienen las diferentes alternativas que se  han desplegado para la movilización de carga  entre los puertos de Tumaco y Buenaventura, lo que ha sido fundamental, para garantizar la movilidad, puesto que no se ha detenido la llegada de combustible, concepto favorable que también entrega la  Empresa Petróleos y Derivados de Colombia, Petrodecol, encargada del transporte de combustibles desde Buenaventura a Tumaco cuyo gerente general, Andrés Tarquino, entregó un reporte bastante positivo.

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Todas estas cosas buenas nos alegran por Tumaco, como también nos alegra el hecho, de que precisamente por el papel protagónico que ha tenido el puerto de Tumaco, para mitigar la tremenda emergencia que vive la región, el Gobierno Nacional ha reconocido esos esfuerzos, con un aporte de 30 mil millones de pesos, dinero que será utilizado para dos obras que serán fundamentales, para que nuestro puerto siga en alza, como lo queremos todos los nariñenses.