Una relación familiar sana y una en la que los límites se difuminan y trabajamos constantemente dentro de las dinámicas de control y miedo, son completamente diferentes.
Al explicar esto, la terapeuta Sarah Crosby escribió: “Con relaciones familiares sanas y funcionales, la cercanía no significa sacrificar nuestra identidad o nuestra autoestima por el bien de la familia, que es lo que vemos con el enredo. Una familia unida se caracteriza por el apoyo mutuo, el amor y el respeto, sin comprometer el bienestar de los demás”. Aquí hay algunos signos de enredo familiar.
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- A menudo dependemos del estado de ánimo de otro miembro de la familia para determinar nuestras propias emociones. Por lo tanto, haciéndonos indiferentes a nuestros propios sentimientos.
- A menudo tomamos decisiones para mantener la paz en la casa y evitar conflictos a toda costa, aunque eso signifique no abordar ciertas diferencias.
- La privacidad es un engaño en el enredo familiar. Los límites se difuminan y sentimos que tenemos derecho a compartir nuestra información personal para evitar el caos en la familia.
- Para abordar cómo nos hace sentir la familia, sentimos vergüenza y deslealtad al compartir dicha información.
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