Los movimientos de gobierno, denotan un cambio que sin duda la gente ha percibido. Si bien no se puede hablar todavía del cambio prometido por ser un ejecutivo que aún no completa un mes de mando, se siente que algo distinto pasó en el país. Por ello vamos a mencionar nuevas actitudes que abarcan tanto el interior como la política exterior.
En cuanto a los acontecimientos dentro del país notamos que se respira un nuevo aire; la tensión que se traducía en polarización, en rivalidades políticas, noticias tergiversadas y mal intencionado, un creciente odio colectivo hacia el contrario político, redes sociales instigadoras, se ha ido desinflando poco a poco. No estamos diciendo que todo es color de rosa, ni que las pasiones terminaron, pero es como si hubiera venido un viento fresco. Dentro de la misma familia hubo divisiones por razones ideológicas, o mejor de pertenencia partidista hasta el punto de haberse roto la cordialidad.
La posición frente a las fuerzas armadas, particularmente a la Policía, son algo innovador, del gusto de unos y la crítica de otros. Lo mismo el cambio hacia el ELN y los grupos armados que enmarcan la Paz Total del presidente.
En lo internacional el cambio es notorio; en primer lugar, con un canciller de extraordinaria valía por su experiencia, por su recia formación y prestigio internacional. El nombramiento de embajadores se hace por la valía de cada persona. Pero aún se sufre la vergüenza de algunos personajes del servicio exterior nombrados por el gobierno Duque, que no han tenido la delicadeza de renunciar y se ha tenido que comunicarles que su representación terminó atornillados al puesto diplomático. Los diplomáticos en el Caribe serán raizales del archipiélago, ya era hora de tal reconocimiento. Faltan muchas cosas por enderezar pero vendrán seguro.
La reforma tributaria necesaria para la olla
POR: CARLOS ALVAREZ

