Repartir lo ajeno

Existen muchas personas que se la pasan hablando de comunismo, de repartir todo por igual a cada persona, pero si les piden que repartan lo que es de ellos, ahí si se enojan. ¿Por qué?
Jaime Goyes

Por: Jaime Goyes Andrade

Existen muchas personas que se la pasan hablando de comunismo, de repartir todo por igual a cada persona, pero si les piden que repartan lo que es de ellos, ahí si se enojan. ¿Por qué?

Pues sencillamente porque ningún ser humano quiere entregar a alguien que no hace nada, lo que se ha ganado con esfuerzo y dedicación, siendo ahí donde se cae el tal ‘socialismo’.

Precisamente recuerdo a un docente que nos hablaba sobre este tema y nos compartió una anécdota en la que decía que una universitaria cursaba el último año de sus estudios y como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era de izquierda y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza. Tenía vergüenza de su padre, un empresario exitoso. Él era de derecha y estaba en contra de los programas socialistas. La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la de su papá era una filosofía equivocada.

Por lo anterior, un día ella decidió enfrentar a su padre. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.

En eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó: -¿Cómo van tus estudios? -Van bien – respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. Tengo promedio de 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, prácticamente no salgo, no tengo novio y duermo cinco horas al día, pero por eso ando bastante bien y voy a graduarme a tiempo.

Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Melisa, ¿Cómo le va? La hija respondió muy segura: Bastante mal. Apenas tiene 4 de promedio. Pero ella se va a bailar cada semana, pasea, fiesta que hay, está presente, estudia lo mínimo y falta bastante, no creo que se reciba este año.

El padre, mirándola a los ojos, le respondió: Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2.5 de los 9 tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque así las dos tendrían 6.5 y se graduarían juntas. Indignada, ella le respondió: ¿Estás loco? ¡Me rompo el cerebro para tener 9 de promedio! Te parece justo que todo mi esfuerzo se lo pasen a una vaga que no estudia! No pienso regalarle mi trabajo. Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡Bienvenida a la derecha!

Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno. El pensamiento es de A.Rogers (1931) quien sostiene que todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado el doble para ello, pero sin recibirlo. No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.

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