Quemeimportismo

el Quemeimportismo –Qmino solo es una actitud esporádica sino una cultura de la indiferencia generalizada en muchas regiones del país; en las más desarrolladas con mayor razón por la falta de relaciones intersubjetivas”
Chucho Martínez

Por: Chucho Martínez

El Quemeimportismo –QMI- no solo es una actitud esporádica sino una cultura de la indiferencia generalizada en muchas regiones del país; en las más desarrolladas con mayor razón por la falta de relaciones intersubjetivas.  El QMI nos ha llevado a creer que los problemas de la sociedad no lo afectan a uno y de ocurrir, existe la convicción de que otros son los obligados a resolverlos, si no ahora, “algún día”; así que, no vale la pena preocuparse. El QMI se expresa en vocablos como “ajá, allá verán, ya ha de pasar, Dios proveerá, hay que ver qué pasa, esperemos a ver, para eso los elegimos, para eso les pagan” y etc. El QMI se refuerza con el papel paternalista del Estado benefactor “papá Estado”, al que elegimos precisamente para que nos ahorre el esfuerzo de hacer algo por nosotros mismos porque así lo dispuso la democracia representativa o delegataria del poder y la voluntad ciudadana sin reparar que existen otros mecanismos de participación ciudadana que no se han estrenado desde la Constitución de 1991, y  que los ungidos no están interesados en que se apliquen porque es su modo de vida y los electores siguen en el QMI porque es su confort.

Mejor dicho, “no me jodan, no se metan conmigo, olvídense de mí”, desconociendo que el hombre es un ser social que determina su forma de vida.

«El Quemeimportismo –Qmino solo es una actitud esporádica sino una cultura de la indiferencia generalizada en muchas regiones del país; en las más desarrolladas con mayor razón por la falta de relaciones intersubjetivas”.

Con esa cultura del QMI se realizan elecciones, como las que vienen, en las que se imponen los conciliábulos por encima de los principios, méritos, criterios, hojas de vida, propuestas y debates. Los llamados precandidatos no han sido escogidos, se han autopostulado, a espaldas del pueblo, el “demos”, que tampoco está interesado en las preliminares, y solo quiere asistir a la definición por tiros penaltis, el día de elecciones. Porque por ahora está como la gallina ciega, con 16 candidatos a la Alcaldía de Pasto y 11 a la gobernación de Nariño.

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En fin, se impone la politiquería que significa bastardear la política que inexorablemente llevará a la mediocracia, el poder de los mediocres frágiles de moral.

Chalinazo: ¿Habrá alguien que le diga al Presidente que en Nariño se está generalizando el descontento, por no atender como nos merecemos, la difícil situación socioeconómica que padecemos? Buey manso da mala cornada.

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