Por: Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
En el mes de septiembre se desarrollaron las pruebas escritas del concurso docente 2022, un concurso esperando no solo por licenciados en alguna rama de la educación, sino por un buen número de profesionales que ven, en el ingreso al magisterio, una forma, para algunos, de ayudar con la formación de las futuras generaciones del país, y para otros, una posibilidad de estabilidad económica en medio de una realidad laboral que no garantiza nada.
En nuestro país, son casi dos millones quinientos mil jóvenes que ingresan a la educación superior cada año, cifra publicada por el ministerio de educación nacional, si junto a esta cifra tenemos en cuenta que solo un porcentaje de 18% de los ingresos a la educación superior logra egresar con éxito, estamos hablando que aproximadamente 450 mil nuevos profesionales salen al mercado laboral en cada año, y la mayoría de ellos no tendrán un trabajo fijo, engrosando las cifras de desempleo y con estas, un sin número de situación nocivas para la persona y la misma sociedad.
En el concurso docente pasado se ofertaron 37480 vacantes para ingresar al magisterio nacional a lo largo y ancho del país, 378.212 fueron los aspirantes a la prueba, lo que quiere decir que solo el 10% de los concursantes, al finalizar todos los filtros de la prueba, podrán lograr el objetivo de ser nombrados en propiedad en estos empleos, datos que nos permiten analizar que realmente el mercado laboral de nuestro país no ofrece garantías a quienes pueden y deciden continuar con su formación al salir de los colegios.
Este concurso es uno de los más sonados por la posibilidad que ofrece a quienes logran superarlo, es por todos conocido que el magisterio, al igual que las fuerzas armadas, son de los pocos caminos que aún ofrecen la posibilidad de lograr una pensión por jubilación, además de una seguridad salarial y estabilidad laboral, a diferencia de la contratación reinante en Colombia con el famoso OPS, es por eso que los candidatos a ser docentes debían prepararse muy bien para afrontar las pruebas, sin embargo, la mentalidad retorcida de algunos aspirantes, vislumbro la posibilidad de conseguir los exámenes antes de su presentación participando en un montón de artimañas para lograr quedarse con alguna de las 37 mil plazas ofertadas en este concurso.
No nos digamos mentiras, esto es vox populi entre docentes y aspirantes, incluso en la misma fila de ingreso a los exámenes se escucha como fulanito consiguió el examen en 5 millones, o sutanito tuvo que pagar 8 millones para que le dieran las respuestas un día antes y las tiene bien aprendidas para la presentación de la prueba. Situación injusta que lastimosamente, se ha potenciado y lleva a dejar en tela de juicio este tipo de concursos.
Este solo es el aperitivo de lo que viene, en próximas ediciones hablaré de cómo, el rumor se logró constatar en un departamento de Colombia y tiene en líos judiciales a varias personas, investigación que podría comenzar a atar cabos en otros lugares en donde la «venta» de los exámenes está a la orden del día.
