Desde que comenzó el ‘negocio’ del narcotráfico y con la muerte o caída de los grandes capos (Pablo Escobar, los hermanos Rodríguez Orejuela, Orlando Henao Montoya, entre otros), Colombia no ha parado de producir nuevos grupos o personas que sigan delinquiendo con esta modalidad de crimen transnacional. Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas – ONU, Colombia continúa con el estigma de ser el primer productor y proveedor de cocaína a nivel mundial.
Y así seguimos en una espiral de violencia, peleando una guerra que no es nuestra sino del principal consumidor: Estados Unidos, el cual invierte millones de dólares para detener esta comercialización que afecta a los jóvenes estadounidenses, pero que en Colombia ha afectado la sociedad, la política, los territorios, etc.
Desde hace más de 40 años vemos muerte y sufrimiento por culpa del narcotráfico y aún en la actualidad observamos que la situación no mejora, se acabó el cartel de Cali, Medellín y del Norte del Valle, en su reemplazo tenemos infinidad de Grupos Armados Organizados Residuales – Gaor’s que se disputan el control de las rutas, los cultivos en los territorios, la comercialización en las ciudades, en fin, el lucrativo tráfico de estupefacientes.
Y en Colombia se siguen asesinando personas como en los años más cruentos de la guerra con Pablo Escobar, quien con sus excentricidades les enseño algo a los que ahora lo suceden…mantener un bajo perfil y no ser tan notorios en la vida social y política colombiana. Y ahí vamos ‘los ciudadanos de a pie’ enfrascados en una guerra perdida desde el principio.
Con este nuevo gobierno donde se comienza a replantear esta lucha antidrogas, se debería pensar en alternativas como la legalización, hemos visto que la prohibición y todo lo que ello acarrea ha hecho más mal que bien.
Y Estados Unidos debería aprender de sus errores, para eso ahí va una pequeña píldora para la memoria: En 1919 comenzó la ley seca en el país del norte, un problema de salud (el alcoholismo) se convirtió en un tema criminal, comenzaron las mafias a adueñarse del negocio ilegal, corrompían políticos, funcionarios, policías; iniciaron las luchas de poder y el crimen organizado llenó de miedo y asesinatos las calles de algunas ciudades, nació la leyenda de Al Capone… En 1932 abolieron la nefasta ley que había traído muerte y corrupción, el aumento de la población en las cárceles que antes de la norma era de 4 mil en el año cuando fue derogada era de más de 26 mil presos… ¿Cualquier parecido con nuestra realidad será mera coincidencia?
Por: Alvaro Moreno Díaz