Es innegable que noviembre pasa desapercibido y se une con diciembre ya que la temporada navideña se inicia con el 31 de octubre, día en que los niños celebran el tradicional Halloween y como dicen todos ‘se acabó el año’.
En los supermercados, que se van reactivando paulatinamente después de ese golpe de la pandemia por el nuevo coronavirus, ya se escucha la tradicional música navideña y en medio de la escogencia de los productos de primera necesidad como el arroz, azúcar y otras cosas, en el ambiente se escuchan los temas de Rodolfo Aicardi, Pastor López, Los Corraleros de Majagual, Lizandro Mesa, Alfredo Gutiérrez, entre otros, e inmediatamente los recuerdos de tantas navidades y carnavales, porque los dos vienen pegaditos, se agolpan de manera inevitable.
Además, ahora con la tecnología en las manos en los celulares, desde ya invitan a sintonizar espacios radiales que como el ya conocido Bienvenida a la Navidad, como si ya el último mes del año estuviera entre nosotros. Se siente algo extraño y sorprendido por la rapidez con la que comienzan estos momentos a invadirnos prematuramente.
Y qué decir de los locales comerciales, que desde ya están organizando una cantidad de árboles de Navidad y adornos navideños que terminan por confirmar lo inevitable: se adelantó la Navidad y el pobre mes de noviembre queda ignorado por completo.
Ante la apertura de muchos sectores económicos la próxima Navidad ser convierte en una oportunidad para despegar totalmente después de los nefastos efectos que ha tenido la pandemia y por supuesto que se convertirá para muchos pequeños, medianos y grandes comerciantes la oportunidad para recuperarse y comenzar una nueva realidad en el nuevo año.
Hay una canción de la cantante española Rosana, en la que lanza un deseo al aire diciendo… «para que todos los días sean Navidad»… No sé si es por la canción, por un deseo consciente o inconsciente real de buenas nuevas, o por un simple afán consumista, lo cierto es que cada vez la Navidad se extiende más en el tiempo.
Se está produciendo un fenómeno social sin precedentes que no sé si alcanza a otros países o solo sucede aquí. En muchos sitios, además, ya han tenido lugar los tradicionales encendidos… No sé lo que está pasando, pero queda mucho, muchísimo para el 25, y ya se respira Navidad… en noviembre.
Por: Manuel Antonio Rosero Trejo