POR: Danny Alexander Ruales Bastidas
El pensamiento sobre las actitudes y formas de actuar de cada individuo actualmente, ha permitido la realización de investigaciones sobre la interpretación de los actos sociales a los cuales se enfrenta cada persona en la cotidianidad de su vida. Tales actos pueden ser choques bruscos o fuertes para la mayoría de personas que les toca el afrontamiento de esas situaciones, los cuales derivan de los lazos y confianza propios para resolverlos.
La glosofobia, que actualmente se le denomina al miedo a hablar en público se ha convertido en un tema de discusión investigativa, según la Universidad de California más del 75% de las personas en el mundo temen hablar en público, lo cual es un resultado revelador ya que, si observamos la cotidianidad, es la expresión oral la que frecuentemente se utiliza para el desarrollo comunicativa en la sociedad.
El enfrentarse a un público, tarde o temprano es indispensable y hasta es obligatorio en los procesos de formación educativo, pero hay momentos que la mente como se dice coloquialmente “le juega la mala pasada” y termina por opacar estas actividades, convirtiéndose en procesos de desilusión, tristeza y hasta de depresión. Esos sentimientos del temer fallar, equivocarse o “embarrarla” combinados con esas sensaciones de angustia, de mirar personas serias o bravas y hasta el mismo contexto que lo estremece hacen que como cuando un organismo extraño entra al cuerpo humano, éste se defienda, así mismo según la investigación sucede con las respuestas ante las acciones a un público, la persona se bloquea, “se nubla”, suda y se olvida de cómo actuar o responder e inclusive realiza actos menos pensados.
De igual manera, la investigación de acuerdo a los avances realizados en el público de muestra, concluyen que más que entrar en un proceso de tratamiento con medicamentos y ansiolíticos que solamente la calman, la mejor manera de tratar esta fobia es enfrentándola a través de la práctica, de ir convirtiendo el proceso de algo frustrante a uno más cómodo, ameno y que ayude a ir fortaleciendo esa confianza interna para el discurso.
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Es importante resaltar que todos como se dice “sienten mariposas en el estómago” ante un encuentro grupal, ya que como seres humanos que disponen de gran variedad de emociones es inútil tratar de evitarlas, pero, así como lo mencionaba la investigación, es darse el propio espacio, tiempo para ir evolucionando y luchando contra ella, nada es fácil, claro está, más, sin embargo, tratando primero de ensayar, de escucharse una y otra vez, de mejorar, practicar, así que, nada se pierde intentándolo.

