Por: Danny J. Marcillo
La tecnología ha permitido una serie de cambios en la vida cotidiana, porque transforma su estado natural y artificial, según sus propias necesidades y su capacidad para transformar su entorno. el papel fundamental de la tecnología reside en el impacto que genere en la sociedad a este proceso se le llama revolución tecnológica.
Un ejemplo es el celular que se ha convertido en una herramienta indispensable para el ser humano, un aparato que lo tenemos a la mano todo el tiempo, podemos observar las noticias del día, las redes sociales, lo utilizamos para hacer trasferencias de dinero fácilmente y hablar con nuestros amigos y familiares, ¿pero? ¿qué tan dependientes nos hemos hecho a este teléfono móvil?
Los celulares se han vuelto completamente indispensables en nuestras vidas. Son una extensión de nuestras manos y actualmente un día sin celular es agonía pura, cuando se nos olvida en nuestra casa pasamos el día histérico, con agonía, aunque sabemos que lo más probable es que nadie nos llamará o escribirá. Mínimo nuestros abuelos tenían vida social y no dependían del celular y los mensajes de texto. Si ustedes, como nosotros, se preguntaron cómo le hacían nuestros ancestros para comunicarse antes de tener celulares, aquí va la respuesta.
Las postales, indispensables en los viajes y para las relaciones a larga distancia. Ahora tomas una foto con tu cel y la compartes por cualquiera de las decenas de redes sociales. Bueno, la compartes hasta con gente que ni conoces. Antes del celular, todos cargaban con pluma y papel para apuntar los datos de las personas que conocían para luego buscarlas en el directorio, creo que era más emocionante el hecho de pensar las diferentes maneras de tener interacción con alguien y a pesar de no verla todos los días el amor era más puro y los detalles más significativos.
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Te parecerá asombroso, pero hubo una época en la que daba vergüenza que sonase el teléfono en público, porque no era algo habitual. Y lo más alucinante, se podía quedar con los amigos sin necesidad de crear un grupo en aplicaciones de mensajerías. ¿Cómo? Con los teléfonos fijos y las cabinas que se encontraban en cada esquina. La gente se sabía los teléfonos de la casa de sus amigos de memoria, o incluso llevaban algunos apuntados y, de hecho, si en algún momento quedabas con alguien, aunque faltaran varios días para la cita, ese plan era inamovible. Raro era recibir una llamada para cambiar el plan.
Gracias a la telefonía móvil, las flechas de Cupido ya son digitales. Los smartphones son a las relaciones amorosas, lo que en el siglo pasado fueron las cartas y el correo. Claro que uno de los puntos más importantes de la actualidad es la inmediatez que Whatsapp o Facebook ofrecen, por lo que son los dos canales más usados para conquistar a esa persona especial.

