Los osos polares ya están cambiando su genética para sobrevivir al calentamiento global

Los osos polares ya están cambiando su genética para sobrevivir al calentamiento global

Por primera vez, científicos han identificado cambios genéticos medibles en poblaciones de osos polares que evidencian cómo esta especie emblemática del Ártico está respondiendo al calentamiento global. Lejos de una transformación instantánea, se trata de adaptaciones evolutivas aceleradas impulsadas por la pérdida de hielo marino y la escasez de su presa principal: las focas.

Estos hallazgos confirman que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una presión activa que está moldeando el ADN de los grandes depredadores del planeta.

Mayor tolerancia al calor en un mundo que se calienta

Tradicionalmente adaptados a temperaturas extremas de frío, algunos osos polares muestran variaciones genéticas asociadas a una mejor regulación térmica. Estas adaptaciones les permiten soportar períodos más largos de calor, especialmente durante los veranos árticos cada vez más prolongados.

Los científicos señalan que esta tolerancia no elimina el estrés térmico, pero sí podría retrasar los efectos más severos del aumento de temperatura, ofreciendo una pequeña ventana de supervivencia.

Un metabolismo que se ajusta a nuevas dietas

La desaparición del hielo marino ha reducido drásticamente el acceso a focas, obligando a muchos osos polares a diversificar su alimentación. En algunas poblaciones se han detectado cambios genéticos relacionados con el metabolismo de grasas y proteínas, lo que sugiere una mayor capacidad para procesar alimentos alternativos, como aves, huevos, peces o restos terrestres.

Aunque estas dietas no reemplazan el alto valor energético de las focas, sí representan una estrategia de emergencia en un ecosistema cada vez más inestable.

Adaptarse no significa estar a salvo

Los investigadores advierten que estas adaptaciones genéticas no garantizan la supervivencia a largo plazo. La velocidad del calentamiento global supera el ritmo natural de la evolución, y muchas poblaciones de osos polares continúan disminuyendo.

La evidencia genética demuestra resiliencia, pero también expone un límite claro: la biología no puede compensar indefinidamente la pérdida de hábitat.

Un mensaje urgente desde el Ártico

Los cambios detectados en el ADN de los osos polares son una señal poderosa de hasta qué punto el cambio climático ya está transformando la vida en la Tierra. Más que una historia de adaptación, es una advertencia: si incluso los depredadores mejor adaptados del planeta están cambiando para sobrevivir, el impacto es profundo y global.