Para los que creemos en la democracia, aceptando sus imperfecciones, cada elección debemos de convertirla en una fiesta electoral y en una oportunidad de mejorar como sociedad, confirmando a nuestros gobernantes o cambiándolos.
Por supuesto, hay que señalar que las elecciones no resuelven por sí mismas los problemas, aunque son el paso previo y necesario para su solución. He conocido a muchas personas que en la noche electoral, finalizado el escrutinio, se arrepienten de no haber ido a votar o de haberse decantado por tal o cual partido. Para que ello no ocurra es muy necesario emitir un voto responsable, pensado, meditado y que se aleje de la rabia o la calentura del momento, con los votos de castigo realmente lesionamos a toda la sociedad.
Es fundamental para tomar una buena decisión electoral estar bien informados, paradójicamente, en la era de la comunicación, la desinformación campea a sus anchas.
Con el bombardeo diario de noticias que recibimos a través de las redes sociales debemos hacer una criba permanente para evitar manipulaciones. Actualmente son más necesarios que nunca los periódicos, las radios y las televisiones solventes, ya que en estos medios los periodistas profesionales eliminan la basura informativa, por ello todavía soy de los que piensa que el profesor debería acudir a sus clases con el periódico bajo el brazo.
La escuela y la familia deben educar a las nuevas generaciones en el interés por lo público. En los próximos comicios habrá una gran cantidad de jóvenes que estrenarán su derecho al voto quienes deben dejar atrás su apatía y hacer parte de este proceso electoral después de la pandemia y el estallido social.
En lugar de buscar excusas para no votar, es más higiénico socialmente hallar razones para acudir a las urnas. Somos afortunados de poder ejercer nuestro derecho al voto en libertad. Encontrar al candidato o al partido que se ajuste a nuestras ideas exactas es muy difícil. Debemos intentar votar a políticos y a programas en los que apreciemos valores y principios.
Una razón importante para votar es demostrar al mundo la fortaleza de nuestra democracia que, algunos, con demasiado eco, están poniendo en duda. Con cada voto ayudamos a construir un futuro y honramos la memoria de los compatriotas que murieron defendiendo la libertad.
En las votaciones fomentamos el sentido colectivo de responsabilidad. No debemos quedarnos al margen porque otros harán la política por nosotros y con la indiferencia no construiremos nada.
Por: Manuel Antonio Rosero Trejo

