Ismael Botina, popular maestro Buchón, acaba de regresar de una boronda, por los lados de Tumaco, donde aprovecho para darse una vuelta en su bicicleta Monark, para ver si ya está funcionando el corredor vial internacional, que une a los dos países de Colombia y Ecuador, entre Esperilla del lado colombiano, hasta el Rio Mataje, frontera internacional.
Es una nueva carretera, con todas las especificaciones internacionales, para el tráfico de camiones y tracto-mulas, de alto tonelaje.
Se llega al corregimiento de Espriella, municipio de Tumaco, y se interna por la exuberante selva en una distancia de 19 kilómetros, totalmente pavimentados con todas las obras de arte y señalización. Mejor dicho, la carretera del lado colombiano esta lista. Al igual, que del lado ecuatoriano, que comunica Rio Mataje con San Lorenzo, y más allá el puerto de Esmeraldas.
Pedaleando, maestro Buchón, se topó con cuatro enormes puentes, uno de ellos sobre el Rio Mira, en el punto de Candelillas, con una longitud de 685 metros, siendo el más largo de Nariño y uno de las extensos de Colombia.
En esas se encontró con la Embajadora de Colombia en Ecuador, María Antonia Velasco, La Toña, quien informó que desde el día de su posesión el señor presidente Petro le encomendó estar pendiente de esta obra, ya concluida.
Cuando el Jefe Petro estuvo gobernado desde Tumaco, se dio el anuncio que la vía entraría en funcionamiento en cuestión de días. Tanto la Cancillería como el Fondo Paz, apropiaron los recursos para construir el Cenaf,- Centro de control fronterizo-, del lado colombiano. En varias oportunidades, y cada vez que se han reunido los presidentes de los dos países, han puesto en la agenda la apertura de la carretera Mataje, como prioridad.
El problema de hoy, son las exigencias que hace el gobierno ecuatoriano en cuanto a seguridad, y el ministerio de Defensa, garantizó desde la cumbre de Cartagena, comprometerse a instalar un batallón.
La voluntad política del lado colombiano, sigue latente, pero, del Ecuador teme por la seguridad.
Mientras llega el momento de entendimiento político, seguirá siendo una maravilla perdida en la selva.
Cuando esté en servicio, se acortará la distancia ente Pasto y Puerto de Esmeraldas, en más de cuatro horas y una disminución de costos de operación en el transporte de un 40 por ciento.
En el momento, es una carretera fantasma, rondan militares y policías, y cuando maestro Buchón, se atrevió hacer el recorrido, tuvo que identificase con otros grupos armados, que mandan en la zona.
Este paraíso produce madera, chontaduro, palma de aceite, y es usada como camino privado para ingresar contrabando de lado y lado sin ningún control.
Ojalá en estos dos años que le faltan al gobierno del cambio, se pueda entregar oficialmente este corredor vil, que acercará los dos pises… y podremos llegar a las playas de Esmeraldas, en un santiamén.
Por hoy, solo tenemos esperanzas y nada más…

