En la capital nariñense se ha dado inicio a las II Olimpiadas Indígenas de los pueblos Pasto y Quillasingas, un evento que trasciende el ámbito deportivo para convertirse en una auténtica celebración de la identidad cultural y las tradiciones ancestrales de estas comunidades.
Este año, la inauguración ha reunido a cientos de participantes y espectadores, quienes han llegado de diferentes rincones de la región para celebrar la riqueza cultural y el espíritu de unidad que caracteriza a los pueblos originarios.
Las olimpiadas se desarrollan en un ambiente de alegría y camaradería, donde el deporte se erige como el hilo conductor para fortalecer lazos comunitarios.
Durante varios días, los asistentes podrán disfrutar de diversas disciplinas, que no solo incluyen competencias tradicionales como el fútbol, el atletismo y la lucha, sino también actividades culturales que resaltan la música, la danza y las artesanías de los pueblos indígenas.
Competencia
El evento ha sido inaugurado con un ceremonial ancestral que incluye danzas típicas y la entrega de ofrendas a la madre tierra, en un gesto de respeto y agradecimiento por los frutos de la naturaleza.
El taita Jackson Cuaspud, representante legal de Asopastos, destacó la importancia de estas olimpiadas al afirmar que “son un espacio de resistencia y reafirmación de nuestras raíces. A través del deporte, mostramos al mundo que somos un pueblo vivo, que valora y preserva su cultura”. Sus palabras resuenan en el corazón de todos los asistentes, recordando que este evento va más allá de la competencia: es un acto de reivindicación cultural y social.
A medida que avanzan las competencias, se pueden observar momentos de intensa rivalidad deportiva, pero también de profunda fraternidad. Los equipos, conformados por jóvenes y adultos de las comunidades Pasto y Quillasingas, compiten con un fervor que refleja su amor por la tradición y el deseo de honrar a sus antepasados. Las gradas están repletas de familias y amigos, quienes apoyan a sus representantes con cánticos y gritos de aliento, creando un ambiente festivo que contagia a todos.
Uno de los aspectos más destacados de estas olimpiadas es su enfoque en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Este año, los organizadores han implementado prácticas eco-amigables, como la reducción de plásticos y el uso de materiales reciclables, alineándose con los principios de cuidado y respeto que son fundamentales en la cosmovisión indígena.

