Carlos Lagos

El renacer de la esperanza

La contienda política electoral en Colombia ha sido convulsiva y no desde ahora, sino desde siempre; el tránsito de un régimen colonial a la vida republicana fue muy costoso en términos de vidas y de tranquilidad ciudadana, diez guerras civiles marcaron el derrotero de nuestra naciente republica durante el siglo XIX, que terminó con la más violenta de todas y las más conocida: la guerra de los mil días, por lo que el siglo XX arranca con esta hegemonía conservadora, la cual se prolongaría hasta 1930, pero esta calma no duraría mucho, el siglo XX sería marcado por dos grandes etapas de violencia conocidas como la primera y segunda violencia política; marcados en su epicentro por el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.

En la contienda electoral para las elecciones presidenciales de 1990 son asesinados tres candidatos presidenciales Luis Carlos Galán (1989), Carlos Pizarro (1990) y Bernardo Jaramillo (1990). Esta nueva escalada de violencia política perpetrada en una combinación de narcotráfico y estado, dio al traste con la ilusión de los colombianos. Con la muerte de Galán y estos nuevos líderes, se frustra toda una generación de políticos que buscaron una separación de la política tradicional.

Treinta años después de su muerte, en un fallo sin precedentes la Corte Constitucional ordenó al Consejo Nacional Electoral (CNE) reconocer personería jurídica al Partido Nuevo Liberalismo y a los directivos que estaban registrados desde 1986, así como a otros partidos.

Entonces en una verdadera maratón organizacional el Nuevo liberalismo construye, previa convocatoria pública, una lista cerrada para el senado integrada proporcionalmente por mujeres y hombres de todas las razas, migrantes, líderes (as) del feminismo, los animales, los niños y el medio ambiente, así como de las regiones.

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En una campaña sin discusión de los contenidos programáticos, se encuentra un oasis mirar cómo en esta lista confluyen personas de todos los matices, con muchas propuestas frente purificación de las políticas, el desarrollo socioeconómico, la recuperación del agro, la educación, la seguridad social, la reivindicación feminista, la protección de la niñez, de los animales, las relaciones internacionales; entre muchas otras.

Ante la intensidad de las campañas de las coaliciones presidenciales se ha opacado el debate regional, para la composición del Congreso, lo que facilita la obtención del voto maquinaria, por ello en este momentos la prioridad de los ciudadanos deben ser las elecciones para el Congreso de la república, las cuales según diferentes estudios apuntan hacia una nueva composición, de carácter más social, lo que vislumbra reformas más liberales en el amplio sentido de la palabra, que marcarán un nuevo rumbo en la convulsionada vida política de nuestro país.

Por: Carlos Lagos