Iván Sotelo

El campo lo entrega todo

Hace algunos días tuve la oportunidad de toparme en el sector de La Laguna a una señora de 80 años la cual labraba la tierra con gran esfuerzo, ya que los años habían hecho sus estragos en ella y se tornaba una imagen un tanto tierna y cruda a la vez.

 Era mágico ver cómo los colores de su saco contrastaban con el verde del campo. La verdad no pude solo pasar y observarla a lo lejos, tuve que acercarme y saludarla.

 Aún es mágico visitar los campos, el ver cómo con una sonrisa logran saludarte y decirte de manera muy afectuosa “buenos días”. Es algo que se perdió en las ciudades, es algo que ya no se ve. El afán de la ciudad nos ha hecho perder el respeto al otro y encerrarnos en una burbuja que no nos permite ver nuestro alrededor.

Aquella señora no pudo simplemente detenerse en un saludo sino que continuo con una charla la cual dejaría en claro que su vida estaba en esas tierras, en ese campo hermoso y que si ella a pesar de su edad se dedicara a descansar moriría encerrada y triste.

Es sorprendente la actividad y la entrega de las personas que viven en el campo colombiano. Hoy en día nos hemos vueltos esclavos de los sistemas, ya no somos nadie si no tenemos un celular cerca, si no logramos escuchar música o contactarnos con alguien y cada vez más nos da pereza realizar alguna actividad.

Ver esa energía, esa entrega, es de admirar pero también es triste darse cuenta cómo cada día olvidamos más nuestros campos. Ya los jóvenes buscan vivir en las grandes ciudades y consideran que estar en un sitio tan pequeño es el peor castigo que les puede pasar.

No hay nada en esta ciudad, pero hay mucho. Visiten pueblos, recorran la región. Aún es mágico visitarlos. No todo debe ser cemento, pero también con cultura y con respeto porque no solo es tuyo. Si algo nos enseña el campo es que lo entrega todo y no espera nada a cambio, pero debemos tener en cuenta que hay que cuidarlo, hay que valorarlo porque en realidad de él dependemos.

Espero que los jóvenes valoren el campo, lo visiten, compren todo lo que allí se produce. También así podemos ayudar a las personas que subsisten de este y entregan su vida. No olvidemos de dónde venimos todos y lo importante que es cuidar la tierra.

POR: IVAN SOTELO