Estamos convencidos de no equivocarnos al afirmar que hoy, como nunca antes, las redes sociales en nuestro país están teniendo una alta incidencia e influencia en la actual campaña política por la Presidencia de la República.
Pero se trata de una incidencia e influencia negativa desde todo punto de vista, puesto que se basa en calumnias, infamias y falsedades en contra de los candidatos, quienes de la noche a la mañana se ven envueltos en un entramado de mentiras políticas. Esto sin extendernos en las agresiones verbales e insultos que circulan de manera libre en estos momentos cuando ya vamos a estar a menos de un mes para la realización de los comicios.
No es extraño que esto ocurra en un país como Colombia, donde de acuerdo con las más recientes cifras hay 32 millones de cuentas activas en Facebook, 13 millones en Tik Tok, 12 millones en Instagram y 3 millones en Twitter, por lo que nos debemos imaginar que tanto electores como candidatos tienen a un solo clic la posibilidad de un gigantesco botín de votos, capaces de cambiar en el momento menos pensado los resultados de cualquier elección.
«En la nueva política que se practica en Colombia ya la maquinaria ni los tamales son suficientes para captar votos en las urnas. Para ello ahora están a la mano las redes sociales, en las cuales los candidatos y sus seguidores tienen la oportunidad de difamar de sus opositores».
Ante lo que está ocurriendo a nosotros nos queda claro que ese cambio en el manejo de nuestra política a las redes sociales es causa principal para que en estos instantes se presente un paulatino deterioro de la presentación de la política a los electores.
En efecto, lo que ahora estamos viendo en las redes sociales en lo que tiene que ver con las campañas en pos de la Presidencia de la República, es una serie de infamias y mentiras sin cuento, cuya finalidad no es otra que la de desprestigiar a los aspirantes, además de reemplazar las discusiones sobre los programas de Gobierno, propuestas y objetivos que es lo que en realidad deben ser los temas que llamen a los electores a apoyar en las urnas a los aspirantes.
Todas esas cosas que hoy observamos con pasmo, como el supuesto mensaje del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en el que expresa que ante lo que se está viendo en desarrollo de la cual campaña política no lo queda duda de que el próximo presidente de la República será Gustavo Petro, son lamentables episodios de todos los días.
Lo que a nosotros nos preocupa es que a pesar que se supone que cualquiera se daría cuenta de que un mensaje así necesariamente tiene que ser falso, no faltan las personas desinformadas que, en cambio, sí le den credibilidad, por lo que esto se constituye en un juego de alta peligrosidad.
Nos encontramos entonces con que en la nueva política que se practica en Colombia ya la maquinaria ni los tamales son suficientes para captar votos en las urnas. Para ello, ahora están a la mano las redes sociales, en las cuales los candidatos y sus seguidores, tienen la oportunidad de difamar de sus opositores, de hacer chistes en contra de ellos y naturalmente de atacar a diestra y siniestra y también de defenderse, puesto que hoy en día la política en las redes sociales es dando y recibiendo a la vez.
Nos alarma saber que de acuerdo con la información oficial suministrada por las entidades de supervisar las redes sociales, en las últimas horas en Colombia se han disparado los ataques a los candidatos y sus campañas, en el marco de una guerra sucia que parece no tener fin. Triste situación para una campaña política por el cargo más alto y de mayor responsabilidad de Colombia, la cual se ha rebajado a peleas de cocina.