Por: Jorge Arturo Bravo
Al terminarse hoy, el quinto mes del año, mayo, el mes de María, quiero referirme a dos hechos que se dieron por lo insólitos que fueron. Como resultado de la Revolución Industrial ese período que va desde 1760 a 1840; desde cuando la máquina desplazó al hombre y dejó miles de obreros desempleados, se produjo en el mundo las luchas de clases sociales, las huelgas de trabajadores, protestas de obreros contra los patrones y después contra los gobiernos de turno
Pero jamás había, mirado en Colombia, particularmente en Pasto lo que ocurrió el 1º de mayo de 2023, cuando desde 1886, se salía a las calles a gritar arengas contra el gobierno, esta vez salieron dizque a gritar vivas a favor del gobierno de Gustavo Petro, nunca antes se había visto esto en la historia de Colombia; al mirar esta grandiosa manifestación que se dio en Pasto, yo me dije a mis adentros, “esos que van allí deben ser los que viven sabroso”,
Pero lo curioso fue que al día siguiente muchos de los que el día anterior desfilaron, lloraban porque la gasolina, el 2 de mayo, subió 400 pesos más y los precios de los productos de la canasta familiar seguían y siguen por las nubes, cosas que yo hasta ahora no entiendo.
El segundo hecho que también me extrañó sobremanera, único en Colombia y creo que único en el mundo, y precisamente tenía que darse en Pasto donde siempre se ha dicho, dentro de la sabiduría popular “perro no come perro pero pastuso si come pastuso” fue el ocurrido el pasado jueves 14 de mayo, por parte de los maestros oficiales.
Yo, Jorge Arturo Bravo, que desde 1972, incluso antes, siendo estudiante del CCP, hasta 2015, como maestro participé de manifestaciones, de huelgas, de pedreas, contra los gobiernos de turno; jamás se dio una protesta contra un compañero maestro, en este caso contra una mujer, contra una rectora del LEMO Betty Lucia Yela y someterla prácticamente a «escarmiento público”, lo que puede configurarse como un delito.
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Qué vergüenza para los maestros, qué vergüenza para los directivos de SIMANA, qué vergüenza para las autoridades educativas, no poder encontrar, hasta ese momento, 14 de mayo, después de dos meses, una solución al conflicto presentado en la institución Luis Eduardo Mora Osejo, y que los maestros recurran a la violencia, a la protesta callejera, para solucionar un problema de convivencia, eso sí me parece insólito y vergonzoso.
