Por: Sofonías Rodríguez M.
Como muchos, pienso que al inicio de un nuevo año, todos los caminos conducen a proponerse de manera personal buscar a través de procesos autoevaluativos como una oxigenación con el cambio las actitudes que lleven a encontrar mejores logros.
A propósito, en uno de los muchos mensajes de inicio de año, confieso que me quedó sonando esta expresión que pareciera no estar dentro de los propósitos que Dios tiene para el hombre, pero en la voz de una mujer reflexionista y analítica, resultan en el sentido figurado, fácilmente entendibles dentro de ese caminar del ser humano por este mundo-
Decía ella que el Creador al darnos la vida y durante el crecimiento semeja como si nos dotara a todos de pilas con los medios y caminos para llegar a él, así como en el hogar aprendemos principios y valores que nos enseñan a ser mejores seres humanos. Hasta allí lo favorable.
Ahora para que esas pilas sigan funcionando y bien, tenemos que hacerles recarga y ya depende de cada quien, pero hay un gran abanico de acciones, facultades y virtudes que por lo pronto mencionamos algunas así: Tener voluntad en la realización de algo es querer hacerlo y sentir el agrado de lograr el éxito.
«Si no tienes fe, ni sueñas, ni te esfuerzas, ¿por qué acusar al mundo de ser tan ajeno, tan frío y sin bondad?. Si conscientes que la envidia, el rencor y el mal dominen tu corazón».
Respeto, en todos los actos, trabajos y actividades, tener en cuenta que para cualquier labor o actividad siempre habrá dos o más personas para conseguir los objetivos propuestos, para lo cual el respeto mutuo es uno de los valores que cobra una mayor importancia dentro de una entidad, institución o empresa. La confianza que significa “fiarse de” es uno de los valores más difíciles de cuidar y de mantenerse en la especie humana.
La valoración individual que resulta tan necesaria en cualquier actividad o trabajo que empezando por uno mismo no es más sino la autoestima porque en la medida en que uno se valora podremos valorar a los demás. Y aquí señalamos algunas actitudes que no nos permiten una presencia y concurso más eficiente donde quiera que estemos: Y vsalen unos interrogantes:
Si no te apruebas a tí mismo, quién te va a aprobar?.Si no te interesa lo que haces, a quién le va a interesar?.- Si no tienes fe, ni sueñas, ni te esfuerzas, por qué acusar al mundo de ser tan ajeno, tan frío y sin bondad?. Si conscientes que la envidia, el rencor y el mal dominen tu corazón?
De allí que si recargamos de valores las pilas que Dios nos ha dado, seguramente nuestra vida será diferente.

