Por lo visto últimamente a través de todos los medios la gorra es ya una tendencia entre personajes de importancia, para usar el término común en las redes. Lo es entre gobernantes de países como El Salvador quien luce una cachucha de beisbolista con la visera hacia atrás, también se muestra con una gorra igual Daniel Ortega, gobernante del país vecino, Nicaragua. Lo hemos visto al presidente Maduro con su gorra azul con rojo y se comienza a identificar por su sombrero, que también es una gorra, al recién posesionado presidente del Perú. Parece que el cubrir la cabeza vuelve a adquirir significado entre todas aquellas personas que ostentan un cargo de importancia, como el de dirigir los destinos de un país, ser jueces o sacerdotes.
Cuando se revisan los libros de historia se encuentran imágenes de emperadores, reyes, jerarcas de la iglesia, integrantes de tribunales y cortes, todos ataviados con un adminiculo sobre la cabeza conocida como tocado, al cual se considera como antepasado de la gorra actual. Prenda de vestir que además cumplir con una función como la de formar parte de los accesorios del vestido, permitía entender el grado de importancia y la ubicación social de quien la portaba.
Así se ve en los tiempos de los imperios persa y egipcio, cuando las mujeres debían de cubrir sus cabezas por lo que portaban sobre ellas una prenda que también formaba parte del peinado. Durante los siglos XIV al XIX las pelucas enruladas hicieron parte de la indumentaria de los integrantes de las cortes y magistrados y de igual manera las usaron las mujeres que llegaron a ponerse unas tan grandes que al solo verlas es difícil imaginárselas corriendo sin el riesgo de cualquier impase. Pero se debe advertir que el tamaño correspondía al estatus social de quienes las lucían y sabido es que solo la servidumbre estaba obligada a moverse.
Con el paso de los años el uso de la gorra como accesorio se fue morigerando a la vez que su significado se limitó a identificar grupos sociales como el de los militares, algunas comunidades religiosas, practicantes de deportes y de oficios o profesiones. En cuyo caso cumplen con la función de ser además protectores. Por lo que se adoptaron como parte exclusiva del atuendo. Así identificamos la mitra y la tiara de los sacerdote católicos, el quepis de los militares, la cofia o toca de las enfermeras, el kiphá del común de los judíos y los sombreros shtreimels y spodiks de los ortodoxos
También se deben considerar gorros el capirote o cucurucho usado por los verdugos de la Santa Inquisición y del temible integrante del Ku Klux Klan que se muestran cubiertos toda la cabeza, con solo dos los hoyuelos por donde ven. A estos se puede unir el usado por los locos descrito en el tango como medio melón sobre la cabeza.
Es que la cabeza se ha considerado receptora de la fuerza vital, albergue de la sabiduría, poseedora de la razón y en el hinduismo se ubica en la coronilla el asiento del Chakra Supremo. Por lo que el uso de la corona por parte del soberano no era solo decorativo, como hoy también parecen ser los gorros que los gobernantes lucen sobre sus cabezas, aunque algunos debieron de escoger, así solo se para la foto, el del arlequín o únicamente la mitad del caparazón de la sandía.
Por: Ricardo Sarasty.
