De ahí el dicho popular, en el que se expresa que en martes 13 “ni te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes”, el cual es seguido por millones de personas en todo el mundo, puesto que en un día como hoy, los matrimonios disminuyen de manera considerable, así como los viajes especialmente en avión y son cantidades las personas que se quedan en sus casas, sin asomarse ni a la puerta, puesto que temen que sí salen, algo muy malo les va a pasar.
Pero si toca salir a la calle, es posible que los creyentes de las malas influencias que trae el martes 13, se mueran del susto, si en su camino se les cruza un gato negro, además de que bajo ninguna circunstancia se puede pasar debajo de una escalera, puesto que esto sería atraer sobre quien lo haga, sucesos nefastos.
Día peligroso
Pero, ¿Cuáles son las razones por las cuales el martes 13 es considerado como un día maligno, en el que cualquier cosa mala puede suceder?
En ese sentido, lo cierto es que desde tiempos muy antiguos, el martes 13 es conocido por los cristianos, como un día de alto riesgo y de mal augurio, debido a la Última Cena de Jesucristo, en la que precisamente fueron 13 los asistentes, el propio Jesús y los 12 apóstoles, dándole a Judas el número 13 por ser la persona quien le traicionó.
En ese sentido, es de destacar que se trata de una creencia tan arraigada que hoy en día en los almuerzos y cenas, siempre se trata que no haya 13 personas en la mesa, puesto que la creencia popular es que una de ellas morirá en cuestión de horas.
Pero hay más motivos. En la Kabbalah judía, eran 13 los espíritus malignos y fue en el capítulo 13 del Apocalipsis de la Biblia, donde aparece el anticristo, en tanto que en Tarot la carta número 13 corresponde a la muerte.
Lo cierto es que en estos tiempos modernos que vivimos el temor al número 13 persiste y es así como muchas empresas de aviación, omiten el 13 en sus asientos y en muchos edificios de salta del piso 12 al 14.
En cuando a porque el día martes se le asocia al 13, se dice que la palabra martes viene del planeta Marte, al que, en la mitología romana, se le unía con el Dios de la Guerra, por lo que era conocido como el ‘pequeño maléfico’
