El Gobierno de Donald Trump revocó el programa de admisión de estudiantes extranjeros en Harvard, generando una ola de críticas internacionales. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) acusó a la universidad de presuntos vínculos con el Partido Comunista chino y de permitir protestas “violentas”, sin aportar pruebas claras. Crisis diplomática por veto de EE.UU. a estudiantes internacionales en Harvard.
China reaccionó de inmediato. La vocera de la Cancillería, Mao Ning, calificó la medida de «ilegal» y advirtió que “dañará gravemente la imagen y reputación internacional de Estados Unidos”. También rechazó la politización de los intercambios académicos y prometió proteger los derechos de los estudiantes chinos en el exterior.
En Harvard estudian actualmente más de 10.000 alumnos internacionales de 150 países, incluidos más de 2.000 chinos, 300 japoneses y 100 australianos. La decisión del DHS amenaza con despojar a miles de ellos de su estatus migratorio, una semana antes de la graduación.
Aliados inquietos: Alemania, Japón y Australia cuestionan el veto
Japón expresó “alto interés” en el caso y anunció que tomará medidas para frenar el impacto en sus ciudadanos. Yoshimasa Hayashi, portavoz del Gobierno nipón, recordó que muchos estudiantes japoneses cursan programas clave en Harvard, incluida la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, donde él mismo se graduó.
Desde Australia, el embajador Kevin Rudd expresó preocupación en X: “Estamos trabajando con EE.UU. para obtener detalles sobre esta decisión y sus implicaciones para nuestros estudiantes”. Rudd anticipó un diálogo directo con la administración estadounidense para proteger a los más de 100 australianos afectados.
Alemania también fue tajante. La ministra de Investigación, Dorothee Bär, tildó la decisión de “muy mala” y una “señal negativa para el mundo libre”. En entrevista con Bayern 2, lamentó el retroceso del vínculo académico transatlántico y alertó sobre el creciente interés de estudiantes internacionales en Europa, ante la hostilidad de EE.UU.
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Harvard responde: demanda al Gobierno de Trump; Crisis diplomática por veto de EE.UU. a estudiantes internacionales en Harvard
Horas después del anuncio, Harvard presentó una demanda contra la administración Trump por revocar su programa de intercambio. El rector Alan Garber denunció un ataque a la libertad académica y acusó al Gobierno de utilizar tácticas de represalia ideológica.
“Sin estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, advirtió Garber. La universidad exige una orden judicial urgente para frenar la medida, que amenaza con expulsar a 7.000 estudiantes y debilitar su proyección global.
Según la demanda, la decisión responde a presiones políticas para que la universidad condene el antisemitismo y facilite registros de protestas estudiantiles. “De un plumazo, intentan eliminar a una cuarta parte del estudiantado”, advierte el documento legal.
La crisis expone un nuevo capítulo de tensión entre el mundo académico y el Gobierno de Trump, con repercusiones globales en el sistema educativo internacional.