Un panorama claro de los destinos más tranquilos y confiables del continente.
Organizar un viaje seguro en Sudamérica implica investigar más allá de las tasas de criminalidad. Factores como la estabilidad política, la infraestructura, el acceso a la salud, la respuesta ante emergencias o el Índice Global de Paz ayudan a tener una visión integral.
Hoy presentamos algunas ciudades que, de acuerdo con estos indicadores, resaltan como destinos tranquilos para 2026. Todos combinan seguridad con atractivos turísticos y condiciones estables para quienes viajan desde Colombia y de cualquier país.
Ushuaia: seguridad en el extremo sur
Ushuaia, en Argentina destaca por su baja criminalidad, su entorno controlado y su infraestructura ordenada. No es simplemente una ciudad de paso. Su ubicación aislada limita la movilidad delictiva y promueve un ambiente estable. Sus rutas montañosas y el clima frío requieren cuidado, pero el entorno urbano está bien vigilado y es predecible. La calidad de los servicios médicos es adecuada y la logística para recibir el turismo está preparada para emergencias climáticas.
Montevideo: capital estable y predecible
Montevideo es una de las ciudades más seguras de Sudamérica. Sus tasas delictivas son bajas en la mayoría de lugares y favorece una sensación de estabilidad general. Las caminatas nocturnas son seguras en general, aunque Ciudad Vieja requiere más precaución después del cierre de comercios. En líneas generales, cuenta con un transporte confiable, buena iluminación y servicios de emergencia bien organizados.
Colonia del Sacramento
Colonia del Sacramento, también en Uruguay, mantiene altos indicadores de seguridad durante todo el año. Es una ciudad pequeña, caminable y con una vida urbana tranquila. Su infraestructura turística es sencilla pero muy confiable. La densidad poblacional es baja y cuenta con buena presencia policial, lo que reduce riesgos comunes con robos menores. Para turistas que buscan tranquilidad, es una parada segura y bien conectada.
Cusco: turismo protegido y controles constantes
Cusco mantiene activo un sistema de vigilancia con presencia policial en los puntos más concurridos. El turismo es vital para su economía, lo que promueve medidas preventivas y protocolos de atención al visitante. En general, el riesgo principal no es la delincuencia, sino la altitud: 3.400 metros sobre el nivel del mar pueden provocar mal de altura. Aunque con aclimatación gradual y servicios médicos disponibles, la experiencia es manejable y segura.
Areguá: calma a orillas del Ypacaraí
Areguá, en Paraguay, es una ciudad pequeña con ambiente tranquilo. Su dimensión y ritmo lento reducen los riesgos delictivos. El turismo se concentra en zonas definidas, lo que facilita la vigilancia. Eso sí, el lago Ypacaraí no es apto para nadar por temas de contaminación, pero es seguro para pasear y realizar actividades alrededor.
Baños: un oasis seguro dentro de Ecuador
Ecuador enfrenta desafíos de seguridad en varias ciudades, pero Baños mantiene indicadores más favorables. Su economía depende en gran medida del turismo de aventura, por lo que este destino trabaja activamente en la vigilancia y acompañamiento de los visitantes. Los riesgos más comunes se vinculan a deportes extremos, por lo que se recomienda verificar las coberturas de seguro y seguir las rutas señalizadas. En el entorno urbano, la actividad nocturna es moderada y la vigilancia es constante.
Recorriendo el sur de América con seguridad
Los destinos mencionados ofrecen escenarios favorables para viajar en 2026, gracias a su estabilidad general, buenas infraestructuras, baja criminalidad y sistemas de atención al visitante. Evidentemente, ningún destino garantiza una seguridad total, pero estos lugares son entornos confiables y predecibles para viajar con tranquilidad por Sudamérica. Informarse, usar herramientas de conexión como una eSIM para viajes internacionales y seguir las medidas básicas, permite disfrutar de una experiencia más segura y bien planificada.