Vienen a mi memoria esas grandes apuestas realizadas en nuestra infancia y adolescencia, con nuestros hermanos, vecinos de la cuadra del barrio o compañeros de estudio de primaria y bachillerato. Para entregar con motivo de la Navidad, un detalle o un regalo en el caso de que llegáramos a perder.
Al sí y al no: En donde dos personas escogían una de las dos alternativas, teniendo que responder afirmativa o negativamente. Ha sido el juego más popular, porque a nivel de las estaciones radiales, los locutores realizaban varias preguntas a sus oyentes, quienes deberían contestar correctamente, caso contrario, se los declaraba fuera de concurso.
El beso robado: Se lo practicaba entre un hombre y una mujer, quienes empiezan jugando como amigos, terminan en roles de noviazgo, en algunos casos llegan hasta el matrimonio. Se ponen de acuerdo en el número de besos a robar, usando una serie de artimañas, para llegar a besar a tu pareja estando descuidada, explotando el grito de emoción ¡Mis aguinaldos!
Palito o pajita en boca: Los dos apostadores se ponen de acuerdo, para preguntarse recíprocamente unas cinco veces, ¿Pajita en boca? A lo cual debes mostrar que tienes un palito o una pajita en tu cavidad bucal. Si no la tienes, tu rival saltará de alegría, manifestando, ¡Mis aguinaldos!
Al dar y no recibir: El juego consiste en que yo debo entregarle un regalo a mi rival y si me lo recibe, habré ganado uno de los puntos acordados al iniciar la competencia. La idea de no perder, es el negarse a recibir el presente, por más sofisticado que éste sea.
Los tres pies: La pareja de este juego debe siempre estar atenta, “pilosa” y concentrada en donde se encuentren. Manteniendo siempre sus dos pies juntos y así evitar que tu rival, encontrando separados tus pies, colocara uno de sus pies en medio de ellos. Gritando como vencedor, ¡Mis tres pies!
Cuando pasamos del bachillerato a la universidad y de la universidad a laborar en una empresa, sus profesores y directivos propenden por mejorar las relaciones sociales y humanas. Para esta epoca de la Navidad y fin de año, organizan la actividad del amigo secreto.
Que empieza con el sorteo de las papeletas secretas en una bolsa, que contienen los nombres de todos los universitarios, empleados de la empresa o los miembros de las familias que realizan su Novena al Niño Jesús. Cada uno por orden de lista, irá tomando una de ellas, que contiene el nombre de su “amigo o amiga secreta”.
A quien deberá hacerle llegar dulces, galletas, chocolatinas o pequeños regalos diariamente, hasta el día del “destape”, que sería el ultimo dia de estudios, de trabajo o el 24 de diciembre al finalizar la Novena de Aguinaldos, cuando se entregue el regalo especial a la persona elegida.
Que estas bonitas costumbres herencia de nuestros padres, profesores y directivos empresariales que jamás se terminen. Para que prevalezcan en nuestros hogares, instituciones educativas y en nuestros lugares de trabajo, como símbolos de solidaridad, paz, reconciliación, amor, aprecio, cariño, admiración, tolerancia, crecimiento espiritual y mucho respeto como hijos del Creador.
Por: Jorge Enrique Tello Chávez

