Entiendo perfectamente a esas personas apolíticas, quienes no creen ni cinco en que el país y las regiones cambien de rumbo para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Tienen todo el derecho de pensar así, porque, simplemente, las administraciones no han demostrado mayor cosa, para que se entienda que únicamente a través del voto, usted puede empezar a aportar en el cambio deseado.
Aunque es evidente el abstencionismo en la historia electoral colombiana, es menester recordar que el no votar, es el primer factor para que el país no cambie y no se crea en la importancia de la política. A los poderosos, tradicionales o corruptos, jamás les va a convenir que nuevos sufragantes salgan a ejercer el derecho a elegir, por una sencilla razón, y es porque el tamal no alcanza para tantos.
¿Usted por qué cree que los honorables congresistas nunca le han dado la importancia para que en Colombia sea obligatorio votar?, porque, claramente, podrían llegar al poder personas que no pertenezcan a la élite política nacional, me refiero a élite política a la de todos los colores tradicionales. Y eso sería gravísimo para los intereses reales de los dueños de las administraciones nacionales y regionales.
A veces, el descaro es tan alto, que han propuesto reducir el número de congresistas, porque no hacen nada y les cuesta mucho al Estado. Esto, por ahora, por lo menos hasta que no se oxigene en totalidad el Congreso, no se puede dar ni por el chiras, ya que, aunque podría ser muy popular y apoyado de entrada, no es una buena opción mientras a los legisladores los pongan a dedo las élites políticas respaldadas por el gran poder económico, es decir, sería más fácil comprar a 100 congresistas, que a 500.
Por lo anterior, va mi llamado a salir a votar, ojalá pronto sea obligatorio hacerlo. No deje en manos de unos pocos la administración de su ciudad. La tapa de la alcantarilla también es suya.
Hasta el próximo martes usted puede inscribir su cédula, la Registraduría trabajará fin de semana. Vote, porque solo así combatiremos a los políticos que solo saben dar el tamal.
