Creíamos superadas esas nefastas épocas en las que las guerrillas incidían mediante la intimidación y la violencia en las elecciones en Colombia; eran los tiempos en los que, en los días de los comicios, los alzados en armas perpetraban atentados terroristas con bombas, se tomaban a sangre y fuego poblaciones, como sucedió más de una vez en nuestro departamento de Nariño, incineraban urnas y votos e intimidaban a la población para que votara por determinados candidatos o, simplemente para que no votara.
Pero ahora, estamos viendo con las amenazas que vienen lanzando las disidencias de las Farc, que hay un intento de repetir esos dolorosos episodios, lo que desde ya colocan en riesgo a nuestros comicios territoriales en desarrollo de los cuales, el 29 de octubre, vamos a elegir a nuestros próximos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales e integrantes de las Juntas Administradoras Locales.
Se trata de una situación inquietante, puesto que aún antes de la bravuconada de las disidencias de las Farc, originada por la decisión del Gobierno Nacional de ponerle punto final al cese al fuego con esta organización, se tenían informaciones referentes a que tanto las disidencias, como otros grupos al margen de la ley, tienen entre sus objetivos el interferir en los próximos comicios y, algunos en realidad ya lo están haciendo con intimidaciones tempranas a los electores, a la vez que promocionan delitos electorales como la compra y venta de votos, lo que precisamente se ha venido denunciando en la costa Pacífica de Nariño.
«Creíamos superadas esas nefastas épocas en las que las guerrillas incidían mediante la intimidación y la violencia en las elecciones en Colombia; eran los tiempos en los que, en los días de los comicios, los alzados en armas perpetraban atentados terroristas con bombas, se tomaban a sangre y fuego poblaciones, como sucedió más de una vez en nuestro departamento de Nariño, incineraban urnas y votos e intimidaban a la población para que votara por determinados candidatos o, simplemente para que no votara«.
Lo importante es que nuestras autoridades saben muy bien de esas oscuras intenciones y es así como en la reciente sesión de la Comisión de Garantías Electorales, que se acaba de realizar en las últimas horas, a menos ya de 5 meses para las elecciones, el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa y la Procuradora, Margarita Cabello, dijeron con preocupante claridad que grupos armados estarían promoviendo sus candidatos propios a esos comicios territoriales.
Expresaron el fiscal, la procuradora y el registrador nacional, Alexander Vega Rocha, que por encima de todo, las elecciones se tienen que garantizar y por lo tanto, desde este mismo momento, las fuerzas del Estado, el Ejército y la Policía Nacional deben iniciar sus diferentes operativos en todos los departamentos del país, en especial en aquellas regiones que han sido directamente amenazadas por las disidencias de las Farc.
También, como ya lo hemos expresado de manera categórica, es inconcebible que estas organizaciones ilegales que tienen como única bandera, la más despiadada violencia, vayan a imponer a sus candidatos, como los alcaldes, según la información que dijeron poseer, el fiscal Barbosa y la procuradora, Cabello Blanco.
Lo inquietante es que se trata de unos reportes, entregados a las autoridades electorales, por parte de los mismos gobernadores de los departamentos y alcaldes de diversos municipios, quienes han afirmado tener noticias referentes a que las organizaciones ilegales están vetando a algunos aspirantes a las corporaciones, mientras que impulsan a otros mediante la violencia e intimidación.
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Por lo pronto, la noticia positiva es que el Gobierno Nacional, ante las amenazas en detrimento de la seguridad de las elecciones, ya ha iniciado las acciones pertinentes con los ministerios de Defensa y del Interior, la Fuerza Pública y la Unidad Nacional de Protección UNP, para blindar el proceso electoral y de esta manera, garantizar la normal realización de las elecciones.
Esperamos que sea así y que el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, tenga razón en que no ha habido un retroceso a esas épocas en las que la guerrilla hacía y deshacía, durante la temporada electoral. Esto es importante, en especial para nuestro departamento de Nariño, que es una de las regiones del país, en mayor alto riego por las amenazas de las disidencias.