Por: Carlos Álvarez.
Son ya 14 días del taponamiento en la vía Panamericana. Conocemos de sobra lo que nos pasó con la desidia de 70 años de muchos gobiernos que prefirieron los votos del Bordo o de las poblaciones de la región del Patía a la tragedia que sufrimos los nariñenses y caucanos del sur en primera instancia, pero también nuestros vecinos del ecuador, Perú, Chile y en últimas todo el continente. Esta es la Magnitud de la politiquería. Sabido de sobra es la falla geológica de la zona del derrumbe. Desde que me acuerdo no ha habido un día en que no se rellene por hundimiento, se reconstruyan alcantarillas, se hagan pequeñas variantes se repavimente todos los años para y así, para volver a empezar. N es sino observar el talud en la zona para darse cuenta de que el pavimento iba más de metro y medio arriba de donde ahora está debido al hundimiento continuo de la banca. Me acuerdo desde que era niño y transitábamos por la vía recién pavimentada hacia Cali y Bogotá donde vivíamos con nuestros padres.
Tuvo que suceder todo este embrollo para que al fin el presidente Petro prácticamente ordenara la construcción obvia de la variante Timbío-Estanquillo que se construirá en 4 años y cuyo costo es muy inferior a lo que se ha gastado en el mantenimiento de la actual carretera fallada.
Me emocionó mucho ver una caravana de cientos de camiones cisterna procedentes del Ecuador para ayudar con la escasez de combustibles en Nariño, no puede ser otra cosa sino la solidaridad latinoamericana de nuestro pueblo hermano., Desde aquí, gracias Ecuador.
Nos abstenemos de hablar de la escasez en el sur y también en Cali y de ahí al norte donde por ejemplo la papa a precios de quiebra en el sur y a precios inaccesibles en el norte. Quien llora y quien ríe.

