Jorge Carvajal

Añoranzas de Navidad

POR: JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ

Con este mes de diciembre que empieza a desgranar sus primeros días nos empezamos a acercar a las grandes fiestas que caracterizan esta temporada navideña y de fin de año.

Es así como en 3 días estaremos celebrando la Noche de las Velitas, un alegre evento pletórico de luces y colorido, que se constituye en la mejor antesala de las grandes fechas de la Navidad, que son el comienzo de la Novena de Aguinaldos el 16 de diciembre y la Nochebuena y el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo el 24 y el 25 de diciembre, para culminar con la llegada de los Reyes Magos, el 6 de enero.

Hoy podemos decir que la próxima celebración de la Navidad será recargada luego de los dos años, en los que este tradicional festejo no se pudo realizar de la manera acostumbrada, a consecuencia de la pandemia de la Covid-19, que obligó a suspender a la mayoría de las actividades

Debo confesar que la Noche de las Velitas, me pone nostálgico, puesto que hace el milagro de trasladarme a esos años de la infancia, que nunca volverán, pero que permanecen imborrables en nuestras mentes, como las añoranzas más lindas de nuestra vida.

En mi caso, siendo muy niño, sabia, sin embargo, que cuando llegaba la noche de las velitas, ya faltaban pocos días para el comienzo de la Novena de Aguinaldos, donde nos empachabamos de buñuelos y natilla y cantábamos villancicos al son de panderetas artesanales elaboradas con tapas de gaseosa y también sabíamos que ya casi iba a llegar el 24 de diciembre, donde esperábamos lose regalos del Nilo Dios.

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 A propósito del Niño Dios, otro hermoso recuerdo es cuando una Nochebuena con mi hermano nos pusimos de acuerdo para esperarlo despierto para verlo cuando llegara a colocar los regalos al lado del pesebre y del árbol de Navidad. Sentíamos que los ojos se nos cerraban, tratamos de aguantar, pero al final el sueño nos venció. Antes de entrar en la modorra total a mí me pareció que por fin el Niño Dios hacia acto de presencia, cargado de regalos, solo que por lo que medio alcancé a ver, este Niño Dios tenía un sorprendente parecido con mi papá en pijama.