Por: Iván Sotelo
Sin duda la mayoría de nosotros logramos pasar un bachillerato normal y cuando me refiero a normal quiero decir que tuvimos nuestros amigos, nuestros sufrimientos por notas y ese tipo de cosas que hace parte del diario vivir de un estudiante de colegio, pero llega un punto clave dentro de todo este proceso y es el saber qué hacer con tu vida.
Recuerdo que éramos bastantes en un salón y que tal vez solo una o dos personas de la mayoría tenían claro que era lo que deseaban ser en su vida, lastimosamente no tuve la suerte de saber que sería de mi vida que deseaba ser y tal vez se aprendió cometiendo muchos errores y es complejo en ese punto de nuestra edad tener que decidir y entender que quiero hacer todos los días de mi vida, cuando recuerdo muy bien aquellas ferias universitarias en donde nos pasaban un formato que nos mencionaba los programas que se presentaban en cada una de ellas, la mayoría de nosotros no los entendíamos ya que se presentaban ciertas asignaturas que en nuestra vida habíamos escuchado y seguramente en la mayoría de nosotros solo existía el primero salir del colegio.
Aun pienso que falta hoy en día en los colegios mucho enfoque en la orientación del que será de sus estudiantes después del colegio de que será lo que puede hacer feliz a cada estudiante es interesante que algunos compañeros lo primero que escuchaban en sus familias era estudia algo que te de plata y era muy común escuchar que algunos serian abogados otros médicos y aun hoy los encuentro y están demasiado lejos de ser aquello que plantearon que serían en aquel entonces y que aquello les brindaría mucho dinero, otros divagaron en licenciaturas y algunos otros en ingeniería, algunos muy buenos en sus profesiones y otros solo se limitan a cumplir lo mínimo necesario para continuar y es que el problema se ve reflejado desde el colegio en ese punto clave en donde muchos docentes no contemplan ciertos puntos claves en los estudiantes en donde las instituciones aún no entienden que ahí están los futuros profesionales que impulsaran al país y por este motivo solo les interesa la formación básica de cada uno de ellos y aun peor y más grave las universidades siguen con sus falencias docentes en donde los profesores son personas sagradas intocables pero sus cátedras no funcionan, no es extraño que aún exista ese docente que cada semestre les dejaba como tarea a sus estudiantes formar grupos los cuales durarían todo el periodo y uno a uno explicarían las temáticas de la clase mientras él se sentaba atrás a evaluar y todo un salón quedaba con dudas de todas las temáticas.
El problema viene desde el ámbito pedagógico y se ve reflejado en que los estudiantes prefieren callar antes que mencionar la falencia de estos.

