Emilio Jiménez Santiusti

Cuando sube el dólar baja el petróleo, y sube la alegría en la oposición

Por: Emilio Jiménez Santiusti

Varios analistas y expertos económicos colombianos, sin importar la corriente política a la que pertenezcan, coinciden en que las finanzas del país y, por ende, nuestra moneda, mejorarán cuando seamos una nación productora, que realmente tenga industria, y que sus principales insumos agrícolas se puedan consumir localmente.

Algo similar a cuando tuvimos la bonanza cafetera, éramos reconocidos por eso, sin embargo, los malos manejos o simplemente los intereses de unos pocos, llevaron a acabarla. Cómo no sería nuestro auge que a la Selección Colombia de Fútbol la llamaban en el mundo la cafetera o los cafeteros, ahora solo quedó para buscar un sinónimo en el periodismo deportivo y así evitar la redundancia, porque de bonanza, ya nada de nada.

Los gobiernos de las últimas décadas no se enfocaron en fortalecer la producción, es decir, como a las familias más poderosas económicamente hablando de Colombia les entraban más utilidades importando los insumos, pues empaparon y compraron a la política nacional para dicho objetivo, lograron que nuestra agricultura cada vez se redujera más y más. Lo que sí creció fueron las arcas de ciertos negocios, economías que usted al consultar en Google se puede dar cuenta a quién pertenecen.

«El gobierno necesita tiempo y que respalden lo bueno, por supuesto, también criticar lo malo, pero por reflexión responsable, no por emoción política o porque lo dice tu periodista favorito».

Una de las propuestas de Petro fue empezar a fomentar y fortalecer la producción local y poner a producir las tierras improductivas regadas por Colombia, las cuales, además, se encuentran en todos los pisos térmicos, lo que nos puede convertir en una nación sostenible, no obstante, esto no se logrará de hoy a mañana, debe ser una política permanente, por lo menos de unos 20 años, para poder empezar a reconocerla.

loading...

Aquí, tristemente, entran factores determinantes, los cuales son muy poderosos y están en contra de todo por obvias razones económicas y políticas. Sumado a la emoción de algunos colombianos que no quieren que a Petro le vaya bien, incluso, es desesperanzador ver a líderes políticos nacionales opositores alegres por la subida del dólar y tristes cuando empieza a bajar.

El gobierno necesita tiempo y que respalden lo bueno, por supuesto, también criticar lo malo, pero por reflexión responsable, no por emoción política o porque lo dice tu periodista favorito.