Por: Carlos Santa María
El reciente triunfo del rechazo a la Constitución chilena propuesta en el gobierno de Gabriel Boric trae enseñanzas que no se pueden dejar pasar para Colombia y América Latina.
Primero: alto cuidado con decretar votación obligatoria.
Las cifras dadas por el analista internacional Ociel Alí López son clarísimas: el año 2020 el Apruebo a una nueva Constitución fue de 5.892.832 y el rechazo de 1.635.164, para un total de 7.569.082. Es decir, una alta mayoría deseaba el cambio superando por un 57% a la oposición. El 2022, con obligatoriedad de la votación, resultó un apruebo de 4.860.093 (38.14%), o sea, prácticamente un millón menos. Por el contrario, su rechazo subió a 7.882.958 (61.86%), cuadruplicando la votación anterior.
En conclusión, si en 2020 votaron 7.569.082, el 2022 lo hicieron 13.021.063, cuya mayoría absoluta de los votantes nuevos se decantó por su negación. Es una clave para analizar profundamente.
Segundo: el poder nacional de los Medios privados de comunicación o desinformación es total (más del 95%). Desde allí se realizó una campaña de oposición con “datos” que pese a ser falsos generaron gran miedo. Por ejemplo, se atemorizó a la población manifestando que con esta Carta Magna se acabaría la propiedad privada, desaparecería la religión o habría persecución a la iglesia, el aborto sería más allá de los seis meses, la gente perdería se pensión, en general, que habría una anarquía imposible de detener.
Esto es delicado y obliga a un gobierno progresista a crear un medio de información nacional alternativo junto con un proyecto que contemple también la voz del pueblo en las regiones para tener democracia comunicativa.
Existen otros puntos importantes como son los procesos pedagógicos para compartir las propuestas de modo claro ya que el Apruebo prácticamente no recorrió el país, el sector indígena voto en inmensa proporción desconociendo la importancia del documento, el presidente Boric dejó varias promesas incumplidas como la de liberar a los presos del estallido, entre otros.
Lo fundamental es aprender del proceso y emplear sabiduría.

