Si hay algo en el mundo que me llena de felicidad y amo resaltar es la cultura, el arte y la danza del departamento de Nariño, si bien no nací en esta región, esta tierra me ha enseñado amar al artista y saber la grandeza que representan.
El Onomástico de Pasto fue esa muestra del talento que existe en esta región, si bien obviamente hay cosas que mejorar no podemos dejar de lado que durante 3 días la capital de Nariño se vistió de música y maravilló a propios y visitantes con la magia de sus guitarras y sus voces.
El festival de tríos nos mostró nuevamente que hay cientos de músicos que están buscando poder destacarse y lo más importante es que evidenció que es algo en lo cual se debe trabajar y aprovecharlo.
Así como cada año el mundo habla del Carnaval de Negros y Blancos por el talento de nuestros artesanos, Pasto es una ciudad que debe ser vendida como territorio de cultura, porque en esta tierra se realizan todas las expresiones artísticas y la mayoría de las veces simplemente no mostramos todo lo que tenemos.
En Nariño somos música, pintura, dibujo, danza, teatro, literatura, somos color, magia, artesanía y diseño. En definitiva, somos tríos, rock, salsa, bolero, una tierra donde cada día nace un nuevo representante y talento pero que lastimosamente no cuenta con apoyo y respaldo para poder brillar en el mundo.
Si algo tenemos claro es que hemos olvidado a nuestros artistas, hemos rezagado esa hermosa y necesaria actividad que en cientos de oportunidades nos ha dejado en lo más alto en diferentes escenarios.
Esta tierra que nos ha regalado a un sinnúmero de talentos como Faustino Arias, Maruja Hinestroza de Rosero, Manuel Rosero, Pablo Andrés Rojas, José María Obando, Gerardo Cortés Moreno, Eduardo Muñoz Lora, Manuel Estrada, Hugo Ortega, Alicia Viteri (pintora) y Alberto Quijano Guerrero, entre muchos otros, necesita ahora más que nunca ser destacada y tenida en cuenta como ciudad cultural.
No solo como cada enero con el desfile magno y sus imponentes carrozas sino como esta región que diariamente expone arte en todos sus rincones. Es indispensable mostrar a las nuevas generaciones que somos sentimiento y este se muestra a través de la pintura, la música, el teatro, la literatura y el amor que existe por las cosas no convencionales, poder fomentar en los más pequeños el querer a Pasto y a Nariño no solo por la magia de su carnaval sino por las guitarras que nos deleitaron el pasado fin de semana o por las exposiciones que diariamente se muestran en la Pinacoteca.
Es nuestra obligación hacer entender a los niños que en esta ciudad nace el Barniz de Pasto, único en el mundo y el cual además de tener un precio económico alto representa una historia y una tradición que tenemos el compromiso de mostrar, cuidar y mantener.
Por: Claudia Zambrano Erazo