Varios colombianos tienen la mala práctica de ovacionar a los servidores públicos cuando cumplen con sus funciones, incluso, nosotros damos gracias al pagar los peajes, cuando en otros países la persona que recibe el dinero en nombre del Estado es quien gratifica.
Leo algunos agradecimientos por el reinicio de las obras en la famosísima variante San Francisco – Moca, tristemente célebre por ser un proyecto fallido de muchos años, varios lo han calificado de ‘elefante blanco’. La semana pasada el gobierno nacional, a través de Invias, reconoció que la obra será un hecho. Amén, ojalá, Dios quiera, así sea, dígalo con boca de ángel…
“Espero que escuchen y apliquen los pedidos de los grupos impactados, ellos no son enemigos, son comunidades que ayudan a que el proyecto se cumpla”.
Si bien todos queremos disfrutar de una variante tan importante para Colombia, también tenemos el derecho de estar prevenidos con este nuevo llamado del gobierno central. Ojalá no sea, como ya ha sucedido, porque estamos en año electoral presidencial. Todos los candidatos a primer mandatario han hablado de la variante San Francisco – Mocoa, pero ninguno después la ha puesto en prioridad.
Hay varios funcionarios que se creen dueños del Estado o del sector por el que están empleados, y velan por los objetivos del jefe directo o del sentido común político, no cumplen con el principio del servicio, el cual es batallar por el bienestar de las mayorías. Cuán hermoso sería que el director de INVIAS diera a conocer, con la verdad, los riesgos que denotan del proyecto San Francisco – Mocoa, es decir, que él se revistiera de real servidor, y más que mostrar lo que sabemos, nos pudiera mencionar los ‘secretos’ por los que no se ha podido llevar a cabo la obra.
Como eso no se va a dar, porque estaríamos hablando de funcionarios de una Suiza suramericana, no quiere decir que no podamos estar atentos y aprovechar esta nueva oportunidad para ser unos veedores de la construcción. Tenemos herramientas contundentes como las redes sociales. Lo que debemos hacer es unirnos los putumayenses y nariñenses para denunciar cualquier anomalía.
Espero que ya se haya hablado con las comunidades impactadas – la consulta previa es de suma importancia, hasta derecho fundamental es –.
Por: Emilio Jiménez Santiusti.

