Mauricio Muñoz

LA DELGADA LINEA

En días pasados en la ciudad de Cúcuta, un joven de 21 años de edad, que irrumpió en un billar del barrio Brisas del Aeropuerto presuntamente a robar a las personas que departían en el lugar, fue asesinado en un hecho de justicia a mano propia. Un buen número de colombianos apoya este tipo de acciones, algunos confundiendo la situación con el postulado de Legítima Defensa, desconociendo el derecho que se enmarca en este concepto.

Frente a la Legitima Defensa puntualmente en Colombia podemos decir que se deben cumplir unos supuestos para hablar de este derecho que se encuentra consignado en el artículo 32 del Código Penal Colombiano

Entonces es necesario tener presente y analizar los siguientes presupuestos, para así determinar la existencia de la legitima defensa en cada caso en concreto: Que la agresión ilegítima sea reciente y sobre bienes que fueran protegibles, que la defensa sea racional y proporcional a la agresión recibida, igualmente tiene que haber falta de provocación suficiente sin olvidar que deben estar presentes los elemento subjetivos de la actuación en defensa.

Es menester tener en cuenta que a pesar de los avances jurídicos que se ha tenido en todo el mundo, por lo general, en los países en vía de desarrollo nos encontramos incipientes frente a una visión puntual y objetiva de lo que es la legitima defensa, ejemplos como los linchamiento o la búsqueda de la justicia por propia mano, como lo dirán los estudiosos de la sociología, solo nos demuestran que somos una sociedad que se alimenta de la violencia, y que mira a la misma como el único camino para lograr el total resarcimiento de una acción que, termino amenazando o afectando un bien jurídico.

Frente a la anterior afirmación podemos traer un ejemplo histórico que marco el rumbo de nuestra patria, el conocido Bogotazo acaecido el 9 de abril de 1948 cuando Juan Roa Sierra asesino al líder político Jorge Eliecer Gaitan, Roa fue linchado, y su cuerpo fue exhibido como trofeo por la turba, y que paso después de esto? La violencia se desbordo, el linchamiento solo fue la chispa que encendió una confrontación civil que llevó el dolor y el luto a todos los rincones del país, esta es una muestra que el tomar la justicia por propia mano lo único que  logra es agravar aún más el problema, pues la sed de sangre en una sociedad, no la detiene nada ni nadie.

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Para enfrentarse a este problema que ha generado la mala interpretación del derecho a la legitima defensa se podría optar por campañas de sensibilización con la comunidad sobre los riesgos legales que este tipo de acciones puede generar, además es necesaria una mayor presencia de la fuerza pública para evitar hechos delictivos y así acciones grupales reprochables, no depende tan solo de endurecer leyes de manera populista, se debe pensar, como se hace desde la academia, en la utilidad de la pena del delincuente en el ámbito social, para así propender por la construcción de una mejor sociedad, más justa, racional y en un continuo proceso de mejoramiento.

Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera