Durante casi 5 años hemos sufrido lo indecible por el secuestro del que fue víctima la religiosa pastusa Gloria Cecilia Narváez, cuando se encontraba desarrollando labores misionera en Malí, África.
Fue una historia que comenzó el 7 de febrero de 2017, cuando la religiosa cayó en poder de un yihadista vinculado a Al Qaeda y que en las últimas horas tuvo un final feliz, con el anuncio de su libertad, luego de 4 años y 8 meses de un terrible cautiverio del que en un momento dado se llegó a pensar que no saldría con vida.
Ahora nos encontramos felices, puesto que la hermana Gloria Cecilia está libre, en buen estado de salud y esperamos verla muy pronto en su ciudad de Pasto, donde su comunidad de las Hermanas Franciscanas celebró esa extraordinaria noticia que siempre esperamos con mucha esperanza y optimismo.
Para ser sinceros en los últimos tiempos nos llegamos a sentir pesimistas en torno a la liberación de la religiosa nariñense, puesto que las noticias que llegaban eran bastante confusas, así como la información referente a su real estado de salud, lo que siempre constituyó una enorme preocupación para sus familiares, los nariñenses, los colombianos y el mundo en general, que siguió con marcado interés el desenlace de este episodio.
«Hoy estamos contentos; la dicha nos embarga, puesto que esa historia de la hermana Gloria Cecilia que se inició ya en el lejano 2017 no pudo tener un mejor epílogo: una liberación que nos sorprendió gratamente, cuando pensábamos que las esperanzas estaban definitivamente perdidas».
Pero hoy las cosas son diferentes. El oscuro panorama que durante estos casi 5 años caracteriz&o acute; el cautiverio de la hermana Gloria Cecilia Narváez se transformó hace pocas horas, cuando se conoció la noticia referente a su liberación.
Es así como el papa Francisco al conocer esta excelente noticia se puso en comunicación con ella y sostuvo un diálogo reconfortante y, ni qué decir de la enorme alegría que embarga a su familia en nuestra ciudad de Pasto.
Nos parece que la hermana Gloria Cecilia nos acaba de dar un ejemplo de su fe, de su gran devoción y de su valor sin límites, en medio de las terribles circunstancias a las que se vio expuesta durante su cautiverio.
Fue casi un lustro de sufrimiento para ella y sus familiares que durante mucho tiempo tuvieron que padecer la incertidumbre de no saber absolutamente nada de ella, salvo esporádicas pruebas de supervivencia, que llegaban a cuentagotas para desesperación de sus seres queridos.
Por eso hoy estamos contentos; la dicha nos embarga, puesto que esa historia de la hermana Gloria Cecilia que se inició ya en el lejano 2017 no pudo tener un mejor epílogo: una liberación que nos sorprendió gratamente, cuando pensábamos que las esperanzas estaban definitivamente perdidas.
Queremos compartir esta gigantesca alegría con todos los que durante tanto tiempo sufrimos y nos preocupamos por la religiosas pastusa, por quienes día a día elevaban al Todopoderoso sus plegarias pidiendo su liberación, por los integrantes de la Policía Nacional que durante un tiempo hicieron todo lo posible en las agrestes tierras de Malí por lograr su liberación, por sus compañeras, las Hermanas Franciscanas, por sus familiares en Pasto, quienes en todo momento estuvieron pendientes de cualquier noticia que pudiera llegar desde el lejano continente africano.
Hoy, el martirio ha concluido, la hermana Gloria Cecilia Narváez, se encuentra a salvo y seguramente muy pronto reanudará sus actividades misioneras en cualquier lugar del mundo, las que han sido la razón de su vida.
Por eso hoy hay motivos más que suficientes para estar felices y esperar con los brazos abiertos su regreso a su terruño para abrazarse con sus seres queridos. Ello será otra causa de enorme felicidad, luego de tantos sufrimientos.