Estamos plenamente convencidos que, en los 40 años de existencia de DIARIO DEL SUR, nos ha tocado publicar centenares de informaciones relacionadas con los estragos que causa el invierno en el municipio de Barbacoas debido al desbordamiento del río Telembí.
La tristísima realidad es que esa historia se repite dos o tres veces al año, siempre con los mismos 1.700 o 2 mil damnificados, la destrucción de viviendas y la pérdida de enseres, como precisamente acaba de ocurrir en las últimas horas.
Lo cierto es que estos episodios de los daños invernales en el mencionado municipio compiten a nivel noticioso con la famosa vía Junín-Barbacoas, que también ha llenado cantidades de páginas en nuestro periódico, solo que a diferencia de lo que sucede con el invierno, todo apunta a que la carretera será por fin entregada en diciembre de este año, por lo que esta historia por fin tendrá un final feliz.
Nosotros entendemos que la gran cercanía del río Telembí a Barbacoas y las fuertes y prolongadas lluvias que se registran en época invernal en esa región, de manera obligada tienen que hacer salir de madre a este caudal, en lo que parece un hecho inevitable, que se repite una y otra vez.
«Estamos de acuerdo con lo que acaba de expresar el alcalde de Barbacoas Adams Rincón, en el sentido de que la repetición de estas tragedias, causadas por las inundaciones, se constituye en hechos de gravedad que requieren soluciones de peso».
Por lo tanto, cada año los moradores de Barbacoas afrontan idénticas circunstancias que obligan a la intervención del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, a los funcionarios de Gestión de Riesgo y a la Policía, entidades que en realidad nada pueden hacer para evitar las inundaciones, por lo que su trabajo consiste en hacer un balance del número de damnificados y de los daños causados por el río, entre los cuales además de las viviendas siempre se presenta el arrasamiento por parte de las aguas de los cultivos de pancoger, los cuales comprenden nada menos que mil cien hectáreas, lo que da una idea de la magnitud de los desastres que ocasiona el invierno.
Se trata de una situación realmente preocupante, puesto que en lo que corresponde al presente año se han registrado grandes inundaciones el 3 de marzo, el 21 de abril, el 7 de junio y ahora el 29 y el 30 de septiembre.
No negamos que la prevención es buena y salva vidas, pero lo que necesitamos es que estas emergencias no se sigan presentando, por lo que estamos plenamente de acuerdo con lo que acaba de expresar el alcalde de Barbacoas Adams Rincón, en el sentido de que la repetición de estas tragedias, causadas por las inundaciones, se constituye en unos hechos de mucha gravedad que requieren soluciones de peso.
Por ello consideramos acertada la determinación que acaba de tomar la Administración municipal de exponer los hechos que se vienen presentando a la Oficina de Gestión de Riesgo a nivel nacional, puesto que se requiere de grandes soluciones estructurales a esta delicada problemática de las inundaciones cíclicas.
Nos parece que es el momento de actuar y la mejor manera para ello es alertar al Gobierno Nacional para que se diseñen las estrategias que se requieren para evitar la destructiva repetición de los daños que ocasiona a cada momento la ola invernal.
No se justifica que en el municipio de Barbacoas cada dos o tres meses los medios de comunicación tengan que hablar de 1.500, 1.700 o dos mil damnificados, de viviendas destruidas y de cultivos estropeados que se repite y se repite sin cesar en detrimento de miles de personas quienes en el momento menos pensado se ven obligadas a evacuar ante el desbordamiento del Telembí.

