Cuando un huracán pasa con su fuerza arrasadora por un lugar, se registra un efecto muy especial conocido como el “ojo del huracán” que consiste básicamente en la calma que se da en un sector físico que está rodeado por los vientos de la tormenta, por un momento esta zona no es afectada por la fuerza de los vientos, sin embargo, esta paz antecede a la destrucción que se registrará minutos después cuando la otra pared del huracán pasa por el lugar, terminando de arrancar de raíz lo que no fue destruido con el paso de la primera parte del ciclón.
La introducción anterior está motivada en un hecho que estamos viviendo a diario y tiene que ver con la pandemia a causa del Sars COV 2 que aún vivimos y de la cual al parecer, la mayor parte de personas se han olvidado. Días atrás en la ciudad de Pasto se llevó a cabo un concierto que según sus organizadores “era impostergable” pues ya se habían concertado fechas y demás, sumado a esto y lo digo según lo informado por los medios radiales de la ciudad “tuvieron que vender más boletas para dar un mayor pago a los artistas que se han visto afectados por la pandemia”.
Cuando escuché estas palabras entendí una cosa muy importante, la pandemia si existe, pero solo para quienes la necesitan como excusa.
Para nadie es un secreto todos los desmanes que se produjeron a la salida del famoso concierto, al igual que las inexistentes normas de bioseguridad que se mantuvieron en el mismo, y que, según información, debían ser controladas por los organizadores. Pero la situación no solo se queda en los responsables de este tipo de eventos en donde, y lo digo remitiéndome simplemente al sentido común, es imposible mantener las normas de bioseguridad, en pocas palabras, esto se queda en un mero trámite que nunca se cumplirá.
La responsabilidad del autocuidado recae sobre cada uno de los asistentes a estos eventos masivos con acciones simples como usar continuamente el tapabocas, evitar ingerir bebidas alcohólicas, evitar el contacto físico sin una sana distancia, sin embargo, esto al parecer, es un canto a la bandera
Señores lectores, las personas siguen muriendo en los hospitales y en las casas por complicaciones derivadas del contagio con este virus, familias enteras han fenecido, niños , jóvenes y adultos han sobrevivido pero con graves secuelas que afectan de manera drástica su calidad de vida, personas con su esquema de vacunación completa han partido de este mundo a causa del coronavirus, no pido que vivamos en un mundo de miedo invencible, solo hago un llamado a la cordura, a vivir, disfrutar y compartir con mesura, cuidándose para así cuidar a las personas con las que comparte su devenir diario. Cuando a todos nos encerraron como consecuencia de los decretos de la emergencia sanitaria se manejaba una máxima.
“De esta saldremos más fuertes y mejores”, pero esto se quedó en el papel, los que logramos salir de dicha situación salimos más egoístas, más inconscientes y menos humanos.
Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera