En los últimos años, el panorama gastronómico de los centros comerciales en Colombia ha experimentado una transformación notable. Según recientes análisis del sector, una preparación específica se ha consagrado como la más vendida, desplazando a los platos típicos que por décadas gozaron de preferencia en estos espacios.
Este nuevo líder en ventas representa una tendencia de consumo que combina rapidez, sabor adaptado a gustos urbanos y formatos fáciles de comercializar. Su ascenso sugiere también un cambio en las dinámicas de oferta dentro de los food courts: los consumidores buscan opciones que conjuguen experiencia, conveniencia y novedad.
Aunque los platos tradicionales siguen presentes —y con fuerza— en la oferta gastronómica local, su posición en los rankings de ventas ha cedido terreno frente a esta propuesta emergente. El cambio no solo refleja transformaciones en el gusto sino también en la estrategia comercial de los centros comerciales, que cada vez más apuestan por franquicias con modelos escalables y menús adaptados a públicos más jóvenes y diversos.
Contexto y retos
- Los centros comerciales han sido históricamente vitrinas gastronómicas para las cocinas regionales, pero los costos operativos, la necesidad de estandarización y la demanda de productos de rápida producción favorecen conceptos que pueden replicarse con eficiencia.
- Desde la distribución de locales hasta los sistemas de logística para insumos, muchas franquicias tienen ventaja competitiva frente a los restaurantes tradicionales.
- Destronar la comida más vendida conlleva también retos culturales: algunas voces advierten que podría erosionarse la identidad culinaria local si las propuestas globalizadas ganan terreno absoluto.
Este fenómeno abre varias preguntas: ¿es temporal o marcará un cambio permanente en las preferencias? ¿Cómo reaccionarán los sectores tradicional y regional? ¿Qué innovaciones harán los restaurantes para recuperar o sostener su relevancia?