Cundinamarca vive una nueva ola de incendios forestales, causada por la combinación de suelos resecos, temperaturas superiores al promedio y prácticas humanas riesgosas. En solo dos semanas, se han registrado unas 30 emergencias forestales en diferentes municipios del departamento. Cambio
Uno de los casos más críticos se presenta en el municipio de Nilo, donde un incendio originado cerca de la Base Aérea de Tolemaida ha arrasado con al menos 45 hectáreas de bosque seco tropical y bosque húmedo premontano. Las llamas se han extendido por cerros como La Palmita y sectores veredales como Los Curos y San Bartolo, afectando la estabilidad de laderas, vías de agua y comunidades rurales. Cambio
Las autoridades reportan que el fuego se controla aproximadamente en un 60 % en las zonas más afectadas, pero persiste el riesgo de que se propaguen nuevas llamas debido al clima seco. Asimismo, han advertido cómo las reservas naturales y bancos de hábitat corren peligro, lo que pone en riesgo la conectividad ecológica y las fuentes hídricas que abastecen a familias rurales. Cambio
El cambio climático es señalado como el trasfondo del problema: la disminución de lluvias, el aumento sostenido de las temperaturas y las sequías prolongadas crean condiciones propicias para que un fuego