Luis Eduardo Solarte

EL AUGE DE LA CONSTRUCCIÓN

Por: Luis Eduardo Solarte Pastás

La ciudad es el hormiguero del hombre moderno. El San Juan de Pasto que conocieron nuestros antepasados, con su estructura española de plazas como centros de vida comunitaria, callejuelas de recatada vida familiar, con estrecho comercio y una cierta tranquilidad social, despareció con el estruendo de la modernización, con el remolino de los éxodos campesinos y “con las legiones de barrios surgidos como hongos en el barro húmedo”.

Basta subir al rostro del Galeras para darse cuenta y comprender el pandemónium en que se desarrolla la actividad urbanística de una ciudad que es en sí misma un organismo vivo, que arrastra una historia cristalizada en un tiempo urbano, herencia de sucesivas generaciones.

Mientras la niebla espesa ofrece una tregua a este modesto excursionista para permitirle observar una ciudad en donde “enormes masas marginales al desarrollo permanecen en hambruna, inmovilizadas cultural y económicamente, inmunes al progreso, oprimidas socialmente, sujetas al castigo de la pobreza, al dolor y la muerte sin otro remedio que la resignación”; pienso que las leyes, actitudes, comportamientos, valores y, sobre todo, los programas de planeación, le están quedando estrechos al crecimiento de San Juan de Pasto. 

Arquitectónicamente Pasto es un caos. La ciudad atraviesa por una crisis de identidad, en donde se interrumpe la relación fundamental del individuo con sus tradiciones y su herencia cultural. 

Según cuenta el docente e investigador, Andrés Sarralde Delgado, hasta hace algunas décadas en la ciudad de Pasto había fábricas de botones, de telas, de cigarrillos, de gaseosas, licores, baldosas, de pastas alimenticias y muchas más; en tanto, que en la costa pacífica se presentaba un auge de la madera, procesos agroindustriales con el arroz, coco, camarón en confinamiento, frutales y flores..

Sin embargo, con el trascurso del tiempo todo ese potencial económico se fue perdiendo y con él la generación de fuentes de empleo, debido a múltiples causas entre las que sobresalen la falta de apoyo financiero y alivios tributarios para el fomento industrial, la carencia de una adecuada infraestructura vial, portuaria y área que permitiera ser competitivos a nivel nacional e internacional a esta región que cuenta con grandes fortalezas agrícolas, marítimas y una rica fertilidad de su tierra.

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Por ello, hoy, ante  la ausencia de una verdadera industria como tal, “la construcción en Pasto se ha convertido en el factor predominante de la economía local”, al punto de generar un espectacular crecimiento, para el cual ciudad, las autoridades y sus habitantes no estaban preparados.

Y, en medio de todo es boom de la construcción, llama profundamente la atención es que exista una gran demanda de personas interesadas en adquirir soluciones de vivienda, oficinas o locales comerciales a unos precios totalmente exorbitantes,

Qué de dónde sale tanta plata para construir modernas edificaciones y, a la vez, poder comprarlas a unos precios muy altos, no lo sé; lo único cierto es que al parecer  hay dinero por montones y esto debe empezar a preocupar porque, si bien Pasto crece urbanísticamente de forma y en beneficio de determinados estratos sociales, por ninguna otra parte se observa que vaya hacia un verdadero desarrollo industrial que genere fuentes de trabajo directos e indirectos que conlleve asegurar que todo es legal.     

solarpastas@hotmail.com