MANUEL ERASO

LAS CONSULTAS POPULARES

Ismael Botina popular maestro Buchón,  es un sabio,  más por viejo que por diablo, recita al dedillo la lección de historia sagrada sobre la primera consulta popular de la humanidad.  Fue en un pueblo llamado Jerusalén, en la plaza principal. Desde un balcón con túnica purpura, salio el Procurador Romano Poncio Pilatos, cuota del partido Mordoré y echó su discurso a la multitud sobre la transparencia y eficacia de la justicia romana. Convocó al pueblo soberano, y dijo con voz varonil… hoy es día de la pascua y según nuestras costumbres debo dejar en libertad a un preso que esté encerrado en las mazmorras. ¿Pueblo de Jerusalén, a quien queréis que libere? ¿A Jesús o  Barrabas?  el pueblo grito a! Barrabas… ¡ segunda pregunta:¿ a quién queréis que  crucifique? El pueblo sin vacilar gritó… ¡a Jesús!,  fueron solo dos preguntas.

Luego, en 1995, en un pueblo llamado San Juan de Pasto, llegó como emperador un hombre sufrido y torturado, media lengua y media pata, llamado Antonio Navarro Wolf, y desarrollo la primera consulta popular de Colombia, después de la constitución de 1991 y lo primero que hizo fue repartir hojas volantes sobre la Constitución:

Artículo 103. Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. La ley los reglamentará. El Estado contribuirá a la organización, promoción y capacitación de las asociaciones profesionales, cívicas, sindicales, comunitarias, juveniles, benéficas o de utilidad común no gubernamentales, sin detrimento de su autonomía con el objeto de que constituyan mecanismos democráticos de representación en las diferentes instancias de participación, concertación, control y vigilancia de la gestión pública que se establezcan.

Historia de esta  consulta: la dirigencia política del Corregimiento de Nariño, que pertenecía a Pasto, decidió separarse y convertirse en nuevo municipio. El trámite se hizo ante la Asamblea departamental.  Una vez la Ordenanza fue publicada, Navarro como alcalde de Pasto, se dio cuenta que en el texto se olvidaron de incluir al corregimiento de La Caldera.

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Inmediatamente  lanzó la convocatoria de la Consulta Popular, primero la autorizó el Concejo de Pasto y luego se sometió al pueblo de la Caldera a  consulta, con una sola pregunta: ¿Quiere que el corregimiento de La Caldera, siga perteneciendo a Pasto? Si o No.

Navarro hizo la campaña por el Sí, y prometió todo lo habido y por haber. Los promotores del No, que eran los dirigentes del nuevo municipio de Nariño, no tuvieron nada que ofrecer.

Las elecciones se dieron, ganó el Sí, y por eso el corregimiento de la Caldera, pese a estar fuera del territorio  pertenece política y administrativamente a Pasto. Es el patio caliente de la ciudad, sin embargo, los alcaldes de turno pocas bolas le paran a esta tierra de cafetales,  llena de paisajes y gente buena…

Ahí están, de  dos consultas populares igualitas a las que promueve ahora  el Jefe Petrosky.