La comunidad de La Hormiga, en el municipio de Orito, Nariño, se encuentra con el corazón roto por el trágico fallecimiento de Alfonso Muñoz, mejor conocido por todos como ‘Coroncoro’. El accidente ocurrió cuando Coroncoro intentaba cruzar la calle principal de la ciudad, exactamente por El Mundo del Amor, un conocido sector de la localidad. En ese momento, una motocicleta lo atropelló, propinándole un fuerte golpe en la parte trasera de la cabeza, lo que le causó heridas graves.
La rápida respuesta de los bomberos de La Hormiga fue crucial en el intento de salvarle la vida. El equipo de emergencia llegó en pocos minutos al lugar del accidente y procedió a brindar los primeros auxilios a Muñoz. Inmediatamente, fue trasladado al hospital local, donde lamentablemente, tras varias horas de lucha, falleció a causa de las heridas sufridas en el atropello.
Último adiós
Alfonso Muñoz, «Coroncoro», como se le conocía cariñosamente, era una figura entrañable para la comunidad de La Hormiga, donde había vivido por más de 30 años. Su personalidad sociable y su inconfundible estilo, sumado a su popularidad debido a su frase característica, “¡Rifas Coroncoro!”, lo convirtieron en una persona muy querida por todos. Era un hombre de grandes amigos, siempre dispuesto a ayudar y compartir con quienes lo rodeaban. Su fallecimiento ha dejado un vacío en la comunidad, que no solo lamenta la pérdida de un vecino, sino también de un amigo cercano que siempre estuvo presente en los momentos de alegría.
Seguridad vial
El accidente que terminó con su vida ha generado un gran dolor en La Hormiga, donde la noticia de su muerte ha causado consternación. Las autoridades locales, junto con la comunidad, han expresado sus condolencias a la familia de Muñoz y han llamado a la reflexión sobre la importancia de la seguridad vial, especialmente en zonas de alta circulación como el centro de La Hormiga. Aunque el dolor por su partida es inmenso, los habitantes de La Hormiga lo recordarán con cariño y respeto, destacando su legado de amabilidad y alegría que siempre llevó consigo. El recuerdo de Coroncoro perdurará en las historias y anécdotas que sus amigos y seres queridos compartirán en su honor.

