Cada 14 de marzo, en Japón y otros países orientales, se celebra el Día Blanco. Esta fecha, un mes después de San Valentín, se ha consolidado como una oportunidad para que los hombres devuelvan los regalos recibidos de las mujeres en la celebración del amor. Aunque hoy en día esta costumbre no es tan popular entre los jóvenes japoneses, sigue siendo una tradición curiosa con tintes comerciales.

¿Qué es el Día Blanco?
El Día Blanco nació en 1978 como una estrategia comercial promovida por la industria de la confitería en Japón. Esta efeméride fue impulsada para incentivar las ventas de dulces, ya que las mujeres tradicionalmente regalan chocolates a los hombres en San Valentín, pero no reciben regalos a cambio. Así, surgió la idea de un «día de reciprocidad», donde los hombres devolverían el gesto de manera generosa.
Una tradición muy diferente
A diferencia de lo que ocurre en Occidente, en Japón las mujeres pueden regalar chocolates a cualquier hombre, como compañeros de trabajo o amigos, sin que esto implique una declaración de amor. El Día Blanco busca equilibrar la balanza, permitiendo que los hombres respondan con obsequios que suelen triplicar el valor de lo recibido en febrero. Aunque el chocolate blanco es el protagonista, también son comunes regalos como joyas, flores y lencería.
Los orígenes de esta celebración
Aunque sus inicios no son del todo claros, la versión más conocida indica que una confitería en Fukuoka, al sur de Japón, comenzó a promover este día sugiriendo que los hombres regalaran malvaviscos a las mujeres como agradecimiento. Con el tiempo, esta costumbre se extendió a países como Corea del Sur y China.
Actualidad y su impacto
Hoy, el Día Blanco se percibe más como una excusa comercial que como una tradición ampliamente practicada. Tiendas y confiterías decoran sus vitrinas, lanzan ediciones limitadas de dulces y productos temáticos, pero los jóvenes japoneses prefieren dar sus regalos el Día de San Valentín o simplemente no celebrarlo. Sin embargo, para la industria, sigue siendo una importante campaña de marketing.
El Día Blanco, con su trasfondo comercial y cultural, resalta cómo las tradiciones pueden transformarse a lo largo del tiempo, adaptándose a las necesidades y preferencias de las nuevas generaciones.

