En un hito histórico para la cárcel Penitenciaría de Media Seguridad de Tumaco, ubicada en la vereda de Buchely, se inauguró recientemente la emisora interna La Voz Esperanza. Esta iniciativa, impulsada por el Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), tiene como objetivo proporcionar a los internos un espacio formativo y de expresión que fomente la convivencia y el aprendizaje dentro del establecimiento.
El director de la cárcel, Octavio Arango Rivas, destacó la importancia de esta nueva plataforma comunicativa. «Este es uno de los logros más significativos que hemos alcanzado en el penal. La emisora busca promover la armonía entre los internos, permitiéndoles apropiarse de esta propuesta para divertirse, aprender y ocupar constructivamente su tiempo libre».
Oportunidad
La iniciativa fue posible gracias a la donación de todos los equipos necesarios para el funcionamiento de una emisora, lo cual incluye desde equipos técnicos hasta material didáctico para formar a los internos en la operación radial. Arango enfatizó que los internos, en su mayoría empíricos en este ámbito, tendrán la oportunidad de adquirir habilidades técnicas y comunicativas a medida que se desarrollen en el manejo de la emisora.
En cada pabellón del centro penitenciario se han instalado parlantes como parte de una estrategia para facilitar la comunicación directa entre los reclusos y hacer más entretenidos los espacios de sano esparcimiento. El programa radial se emitirá de lunes a viernes, de 8:00 am a 4:00 pm, abordando temas variados como religión, derecho, psicología y normas de convivencia, entre otros.
Expresión
Los participantes de La Voz Esperanza recibirán reconocimientos que incluyen incentivos económicos y beneficios como la redención de pena, como parte del compromiso del Inpec por promover la rehabilitación y reinserción social de los reclusos a través de actividades formativas y culturales.
La apertura de esta emisora no solo representa un avance en las condiciones de reclusión en Tumaco, sino también un paso hacia la construcción de una comunidad más unida y educada dentro de las paredes de la cárcel. Con esta puesta en marcha, los internos no solo encuentran una vía para expresarse y aprender, sino también una oportunidad en su proceso de reintegración a la sociedad.