El cambio climático está afectando la subsistencia de las comunidades indígenas y de todas las especies de animales, pero sobre todo de peces en el pulmón del mundo. Es así como su temperatura ha sobrepasado los 40 grados matando a cientos de delfines rosados autóctonos del río y miles de miles de peces.
Las consecuencias son desastrosas. La población nativa vive exclusivamente de lo que le proporciona el río y el bosque sintiendo en el momento una afectación en su misma subsistencia. No solo las perdidas en fauna y flora, sino también el abastecimiento de medicinas y alimento.
La preocupación no es solo local; el gran pulmón es importante a nivel mundial, y considerar su desaparición significaría el fin de muchas cosas. Sin embargo aun no hay una conciencia de lo que podría llegar a pasar. Los gobiernos aun no han adoptado políticas serias, incluso hay gobiernos que niegan lo que está pasando delante de nuestros ojo y que podemos sentir en nuestra propia piel.
Es el caso en particular del presidente electo de la Republica Argentina, donde me encuentro y he podido empaparme de sus opiniones al respecto, quien explícitamente rechaza esta tesis, obstaculizando así una solución global.
Es urgente que los ciudadanos tomen conciencia y presionen a sus gobernantes a tomar medidas contra la catástrofe que se avecina. En particular, este bello país se vería también afectado sobre todo en el norte, Misiones, zona selvática donde se encuentran las cataratas de Iguazú, lugar sin igual.
Este ya ha sufrido varias sequías, pero también crecidas que han causado varios estragos. Si bien el río Iguazú no está conectado directamente al río amazonas, hace parte de un gran ecosistema que es toda América Latina, y lo que afecte a uno tendrá consecuencias en el otro.