Por: Tatiana Solarte.
El mejor regalo que se puede ofrecer a los niños es el tiempo. Dedicarles un espacio con calidad, es una semilla que crecerá y dará muy buenos frutos. Tiempo para jugar con ellos, para leer cuentos juntos, para escucharlos y para educarlos, representa un tesoro en sus vidas.
A veces a los padres se les olvida qué lugar ocupan los niños en su escala de valores. El Día del Padre es una fecha muy especial para demostrarse mutuamente cuanto cariño y amor pueden tener en su corazón.
A continuación, un lindo cuento que encontré:
El papá de Martín era un hombre muy importante y ocupado, que trabajaba muchas horas a la semana, y a menudo hasta los fines de semana. Un domingo, que justo era el día del padre, Martín se despertó antes de tiempo, y al escuchar que su papá abría la puerta de la calle para salir hacia la oficina, corrió a preguntarle lo siguiente:
- ¿Por qué tienes que ir hoy a trabajar, papi? ¿Podríamos jugar juntos?
- No puedo. Tengo asuntos muy importantes que resolver.
- ¿Y por qué son tan importantes, papá?
- Pues porque si salen bien, serán un gran negocio para la empresa.
- ¿Y porque serán un gran negocio?
- Pues porque la empresa ganará mucho dinero, y es posible que me asciendan.
- ¿Y por qué quieres que te asciendan?
- Pues para tener un trabajo mejor y ganar más dinero.
- ¡Qué bien! Y cuando tengas un trabajo mejor, ¿podrás jugar conmigo?
El padre de Martín, quedó pensativo, así que el niño siguió con sus preguntas.
- ¿Y por qué necesitas ganar más dinero?
- Pues para poder tener una casa mejor y más grande, y para que tú puedas tener más cosas.
- ¿Y para que queremos una casa más grande? … ¿Para guardar todas esas cosas nuevas?
- No hijo, porque con una casa más grande estaremos más a gusto y podremos hacer más cosas.
Martín dudó un momento y sonrió.
- ¿Podremos hacer más cosas juntos? ¡Genial! Entonces vete rápido. Yo esperaré el tiempo que haga falta hasta que tengamos una casa mas grande.
Al oír esto, el papá de Martín cerró la puerta sin salir. Martín crecía muy rápido, y su papá sabía que no le esperaría tanto. Así que se quitó la chaqueta, dejó el computador y la agenda, y mientras se sentaba a jugar con Martín, quien estaba tan sorprendido como encantado, dijo:
- Creo que el ascenso y la casa nueva podrán esperar algunos años.
Martín no era consciente de lo que había hecho, pero esta reflexión, a la que había llevado a su papá con sus preguntas, era el mejor regalo por el día del padre que le podría haber hecho.
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¡Aprovecha el tiempo con tus pequeños … no dejes que pasen los mejores años de su vida sin disfrutarlos!

